Productos orgánicos, ¿realmente no hay diferencia?La semana pasada nos “sorprendió” un estudio que los medios difundieron con titulares como “Un estudio afirma que los alimentos orgánicos son tan sanos como los otros“ o “Los alimentos orgánicos no son más saludables que los convencionales“.
A raíz de esto recibí bastantes correos con vuestras consultas, ya que yo siempre digo que “el origen importa“. Los nutricionistas convencionales tienden a hablar únicamente de calorías, % de macronutrientes y cantidades de micronutrientes (vitaminas, minerales…) de un producto concreto según las tablas estándar de alimentos, sin importar de donde viene. Esto genera una desconexión absoluta con nuestra comida, y con la naturaleza en general.
En primer lugar, la agricultura orgánica es más respetuosa con el medioambiente. Menos pesticidas en la tierra y en los rios, menos animales envenenados innecesariamente. Para mi, esto tiene valor en si mismo, y creo que todos tenemos capacidad de cambiar el mundo a través de nuestras decisiones de consumo. Podemos “votar con nuestro dinero“, apoyando a aquellos que practican formas de producción de alimentos más éticas y sostenibles. Pero no te pido que compartas esta opinión, así que olvidémonos de la ética, y vayamos a los aspectos fríos que se mencionan en el estudio.
Lo que el estudio dice realmente
Como expliqué en “Conoce la verdad“, lo primero que tienes que hacer es ignorar los medios de comunicación e ir directamente a la fuente. El motivo es que los medios utilizan intencionalmente titulares que intentan generar “shock” en la gente para captar su atención. Si revisas el estudio directamente, las interpretaciones son muy diferentes.
En primer lugar aclarar que se trata de un meta-estudio, es decir, que entrega conclusiones a partir del análisis de otros muchos estudios previos, en este caso más de 200.
Al revisar las conclusiones de los 2 analistas que revisaron los estudios, hablan de evidencias claras de:
Menores niveles de pesticidas en la orina de niños que consumían mayor cantidad de productos orgánicos. Y hay estudios que muestran relación entre la presencia de estas toxinas en la orina y problemas cognitivos (estudio).
También hay evidencia del posible efecto de pesticidas como disruptores endocrinos asociados a problemas metabólicos (estudio).
Niveles de fósforo notablemente mayores en los productos orgánicos.
Mayores cantidades de omega 3 en la leche, huevos y carne orgánica.
Reducción de un 33% en la exposición a bacterias resistentes a antibióticos en la carne orgánica.
Relaciones entre el nivel de pesticidas en la madre durante el embarazo y el desarrollo posterior de los bebes (a mayor nivel de pesticidas en la madre menor CI y peso de los niños en su infancia).
Para mi todo esto demuestra precisamente que (en general) los productos orgánicos son más sanos, sin considerar otros muchos estudios (como éste) que indica que las fresas orgánicas saben mejor (mejores propiedades organolépticas) y son más nutritivas (más anti-oxidantes como vitamina C, más compuestos fenólicos…), y que los suelos en los que se producen son más ricos (más carbono y nitrógeno , más biomasa y actividad microbiana, más actividad enzimática…) y poseen por tanto más capacidad para sostener la productividad biológica.
Tenemos que tener en cuenta también que uno de los factores principales para determinar el contenido de nutrientes de los alimentos es el tiempo que pasa entre que se recogen y se comen. Dependiendo de cómo se haga el estudio, es perfectamente posible que una manzana no orgánica recién tomada del árbol tenga más nutrientes que una manzana orgánica que viaja 5.000 Km hasta tu supermercado (estudio). Por eso comer local, y según las estaciones, es a veces más importante que comer orgánico desde el punto de vista de nutrientes.
Pero en realidad, para mi el tema de fondo ni siquiera son los nutrientes adicionales que tienen los productos orgánicos (a igualdad de condiciones), sino que la clave está precisamente en lo que NO tienen, pesticidas (en el caso de vegetales y frutas) y antibióticos/hormonas s(en el caso de productos animales).
El problema del estudio, y lo que genera todos los titulares de prensa, es que después de evidenciar que los productos orgánicos tienen menos incidencia de estas “toxinas”, concluyen como resumen que los productos no orgánicos son también “seguros”, ya que los niveles de pesticidas y otros elementos nocivos que contienen están por debajo de lo permitido/recomendado, y por tanto no es “necesario” gastar más dinero en productos orgánicos. Obviamente los pesticidas son malos y crear esa percepción de que al estar por debajo de cierto umbral, establecido de manera más o menos arbitraria, son igual de seguros, me parece que es jugar con la salud pública.
¿Orgánico siempre?
Si incluimos la componente ética diría que sí; si somos más pragmáticos, y consideramos únicamente el costo adicional de estos productos versus los beneficios a la salud, soy el primero en reconocer que no siempre está justificado. Hay dos tipos de productos en los que quizá no merezca la pena pagar un extra:
Productos con una cáscara/cubierta dura, que actúa de protección del alimento interior, disminuyendo notablemente la presencia de pesticidas. En este grupo están por ejemplo: aguacate, berenjena, guisantes, calabaza, plátano, naranja…
Productos que al tener pocas plagas asociadas, no requieren apenas pesticidas. Es el caso de las cebollas, el brócoli y los champiñones. Aunque no sean orgánicos, las cantidades de pesticidas que se utilizan en su cultivo son muy bajas.
Algunos estudios que analizaron estos productos reflejan (correctamente) que la diferencia en el nivel de pesticidas entre las variedades orgánicas y convencionales es insignificante. Pero de ahí a publicar mensajes como “comer orgánico no es más sano” me parece, como de costumbre, un acto de irresponsabilidad e ignorancia muy grave, tanto por parte de los científicos (a las órdenes de los grandes corporaciones agrícolas) como de los medios que le dan difusión.
Por contrapartida, los productos que tradicionalmente tienen altos contenidos de pesticidas, y que deberías comprar preferentemente orgánicos son:
Frutas con bastantes plagas y con piel fina: como manzanas, fresas, melocotones, arándanos o uvas.
Vegetales con mucha área de exposición (hojas abiertas y grandes) y con riesgo de plagas: como espinacas, lechuga y pimientos.
No todos los “orgánicos” son iguales
El creciente interés de mucha gente por lo orgánico, ha hecho que la forma de producción orgánica haya cambiado en las últimas décadas. Al principio casi todos los productos orgánicos venían de pequeños productores, que cosechaban sus productos de manera tradicional. Sin embargo, los grandes fabricantes han visto una oportunidad en este nuevo segmento, y han aplicado industrialización a gran escala a las cosechas orgánicas, intentando ceñirse únicamente al cumplimiento del estándar de certificación “orgánica”, pero nada más.
Tampoco estoy diciendo que esto sea malo per se; el hecho de que algunas grandes corporaciones apuesten por lo orgánico permitirá ofrecer estos productos a más gente por precios menores. Lo único que quiero destacar es que los productos de un pequeño agricultor, con una conexión directa a la tierra, seguramente sean más respetuosos con el medio ambiente que los de una gran corporación, independientemente de que ambos tengan certificación “orgánica”.
También reconozco que el término ‘orgánico’ se ha convertido en algunos casos en una marca comercial, donde ciertos reglamentos cuestionables elevan innecesariamente el precio de estos productos, sin una mejora clara en la calidad.
Fuente:
http://fitnessrevolucionario.com/2012/09/11/productos-organicos-realmente-no-hay-diferencia/