Yo ando con el corazón, y sí, a veces me tropieso y caigo.
Yo pienso con el corazón, y sí, no siempre la intuición está presente y la mente me engaña.
Yo siento con el corazón, -dirás- pues claro, pero no; normalmente la gente siente con la cabeza.
Te estoy hablando y veo que no me crees cuando te digo que tienes que salir de la mente. Mientras ella te domine y te dirija, estás en la infelicidad y el sufrimiento. Piensas que exagero o que estoy diciendo tonterías… tu mismo.
Yo te digo, si quieres dejar atrás el sufrimiento; sal de la mente. Confía y sigue las indicaciones de alguien que te pueda guiar en estos primeros pasos… no tienes nada que perder. Acuérdate; es la mente la que crea la duda, la desconfianza.
Tenemos que aprender y para ello debemos desaprender todo condicionamiento y tenemos que deshacernos de todos los sentimientos negativos que no nos permiten avanzar; miedos, sentimiento de culpa, obligaciones y dependencias hacia otros…
Mente y corazón deben estar en armonía; conectados y de acuerdo en la dirección en la que nos movemos.
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