Cuando uno se adentra en la selva (del Ego) y ya no hay más camino visible, tenemos que sacar el machete y abrirnos paso con determinación y valentía. Y cuando ya hemos quitado todos los obstáculos visibles, y nos situamos a los pies de la montaña que queremos escalar (nosotros mismos), comenzará entonces la tarea más dificultosa. Para ello necesitamos primero deshacernos de todo el peso de nuestra mochila emocional y abandonar allí mismo al yo y su pasado
La ascensión se realiza con la intención de ir al encuentro de nuestro ser original o esencial. Sólo en ese momento comienza el viaje.
Se trata de un viaje interior. Y, si lo visualizamos, comienza en el chakra raíz y va subiendo hasta el chakra de la coronilla para luego elevarse más allá del cuerpo físico logrando una conexión total con la energía cósmica universal.
Se trata de un proceso largo. Requiere paciencia y voluntad. Se trata de traspasar de forma permanente la mente lógica y borrar toda contradicción interna.
Las claves se van despejando poco a poco por sí solas a medida que avanzamos y despierta nuestra consciencia de ser. Se trata de cambiar la linealidad de nuestra perspectiva de vida hacia la infinitud que nos presenta la multidimensionalidad de la verticalidad que nos aspira para elevarnos, por la Gracia del Aliento Divino.
La clave primera es conseguir la maestría sobre la mente. Permanecer de forma neutra como Observadores del drama de la vida en este Plano. No dejarnos envolver por las energías densas y negativas mentales y emocionales del Ego. Debe desintegrarse la importancia personal.
Ir subiendo chakra por chakra; limpiando, desbloqueando, purificando cada centro energético, para que sea la misma energía en ellos la que nos vaya revelando la Verdad… para que esta energía que estamos refinando sea la que alimente y lleve Luz a nuestra Conciencia.
Para poder realizar esta ascensión necesitamos de mucha energía purificada. Mientras haya deseos, miedos y rabia no tendremos la fuerza que se requiere para seguir ascendiendo. Llegar a la cima significa alcanzar el estado de Conciencia Divina, donde la mente está libre de todo deseo y emoción; sólo plenitud y paz interior.
Pero una vez nos ponemos en Camino y perseveramos, nada nos volverá atrás.
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