Pensamos que REIKI -como herramienta de sanación- es un poder externo que utilizamos de forma puntual, como algo independiente, de quita y pon.
Pero ese es solo el caso de la persona iniciada en REIKI que “maneja” únicamente la parte técnica de esta enseñanza, y ayuda a los demás a aliviar dolores y equilibrar sus centros energéticos. Y eso está muy bien.
Pero cuando se profundiza y se logra la maestría en REIKI, se va interiorizando , se va absorbiendo y se va integrando el conocimiento intuitivo de forma directa -expandiendo la Conciencia-, en la medida que somos capaces de ello. Y es así como uno se va impregnando de Luz en ese largo proceso de comunión con el Uno.
Y nos percatamos que el trabajo más importante que tenemos que hacer es con nosotros mismos… y lleva tiempo. Nunca se acaba de aprender porque el conocimiento es ilimitado.
En la medida en que nuestra mente se vuelve más flexible seremos capaces de trascenderla e ir más allá de la lógica y la razón.Y nos alinearemos con las Energías Superiores Cósmicas desde el reconocimiento de nuestro ser esencial.
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