Tema: En qué se fijan (realmente*) las mujeres Miér Abr 16 2014, 22:01
En qué se fijan (realmente*) las mujeres
Aquel día me equivoqué de lo lindo. O a lo mejor es que era aún joven. Anda que no ha llovido desde marzo, que publiqué aquel disneyano pentálogo de educación sexual titulado “En qué se fijan las mujeres”. Según una encuesta que creí cualificada, las chicas que se encontraban a mi lado en el día a día, y por tanto las más probables con las que establecer una relación sentimental (ellas o sus conocidas, recordad que nos movemos en apenas dos grados de separación) me arrojaron (ahora lo veo claro) unos datos del todo sesgados.
Después de concretar que las cosas importantes en la vida eran las manos, los zapatos, la ropa, el sentido del humor y cómo estuviera de ordenada mi casa, me corté las uñas (hasta las de los pies), desempolvé los mocasines vintage heredados de mi abuelo, cambié mis camisetas básicas blancas desgastadas por otras camisetas básicas blancas nuevas, me hice con toda la serie en DVD de 'Los Serrano' y empecé a imitar a Resines como si de un mantra se tratase.
Lo de la casa ordenada no sirvió para nada porque las visitas seguían sin llegar inexplicablemente. La razón, como he dicho, era sencilla: Mis amigas me habían mentido y yo a vosotros por extensión. Nada de lo que entonces conté tenía un sustento empírico. Y es que del mismo modo que cuando te preguntan cuál es tu programa favorito siempre respondes que los documentales de La 2 (aunque todavía no sepas si los siguen poniendo o siquiera si sigue existiendo La 2), las mujeres te salen con lo primero que pillan. No son sinceras como nosotros.
Así pues, visto que no me salían las cuentas y que necesitaba una inyección de dura realidad, bajé a tomar café con las chicas de edición gráfica (otras diferentes de las que parieron el sesgo) y les insistí: "Pero esta vez DE VERDAD". Tras varios chistes de Resines sin ningún tipo de acogida (va a ser verdad que no funciona esa mierda) y un poco de súplica llegamos a otra prescriptiva guía bastante negativista (cosas que no):
-Que no olamos ‘cutre’ (y con este epígrafe se referían a fragancias de otro tiempo, todos sabemos de lo que hablo) -Que no hablemos ni demasiado mucho ni demasiado poco durante el coito (ahí hay otro artículo clarísimo, seguiremos informando) -Que no tengamos mal aliento -Ni pelo en las orejas -Que no llevemos calzoncillos chungos
Ya, pero eso no sirve del todo, todas esas indicaciones son de utilidad si lo que quieres es repetir, porque si te ha visto los calzoncillos o ese pelo de la oreja muy duro, muy largo, muy negro y muy desapercibido incluso para ti frente al espejo, es que está muy cerca y ya no hay vuelta atrás. Ese día pillas y punto final.
Lo malo será que no haya otra cita, pero a lo que yo voy, el motivo de este artículo es desenmascarar los más bajos instintos de las mujeres, lo que no se atreven a contar por miedo a que sus amigas de la sierra piensen que son unas arrabaleras o a quedar mal cuando su madre les pregunte: "¿Pero qué chifladuras les contaste a estos de Internet?".
Lo cierto es que del mismo modo que a nosotros nos van pecho, culo y cara, ellas no son diferentes. No hay más que ver el vídeo de un hombre objeto paseando por las calles de Nueva York muy amistoso y bien prieto (ah, se me olvidaba, y absolutamente forrado de cámaras para observar la reacción de sus contertulias).
Balance: De las 10 chicas a las que aborda en apenas tres minutos -si las cuentas no me fallan sale a una media de 18 segundos por chica- las videocámaras registran 10 miradas a su entrepierna, 10 a los bíceps y dos al culo. Románticos de este mundo, inmolaos, que los ojos van al pan. De todos modos, chapeau por ellas, ¿por qué avergonzarse? Al fin y al cabo, cualquier recoveco de la anatomía humana es obra de dios del mismo modo que la punta de la nariz o el codo.
Pero sabed a lo que os atenéis, queridos pagafantas. Apuntaos a un gimnasio y dejad de leer 'Cien años de soledad', muesca en vuestro cinturón intelectual que a nadie le va a interesar. La única que os quiere por lo que sois es mammmmá.
*Si os dicen que es en las manos, solo lo harán para calcular el tamaño de..., a pesar de que esa regla es tan cierta como el rumor del Facebook de pago.