Son ya muchos los estudios que muestran que el ejercicio que estimula el corazón, como correr, nadar, ir en bici, bailar, etc. puede estimular también el funcionamiento del cerebro. Ahora, un nuevo estudio, dirigido por David Jacobs de la Universidad de Minnesota, demuestra que el ejercicio puede mejorar la capacidad para pensar años después. “Cuanto más tiempo aguantes en una cinta de correr, mejor rendirás en tu capacidad para pensar”.
El estudio comenzó en 1985, con unas 5000 personas de entre 18 y 30 años de edad. Hicieron una prueba en una cinta de correr y les realizaron varios exámenes físicos. 25 años después, más de 2700 personas accedieron a hacer la prueba de la cinta de correr de nuevo y varias pruebas para conocer su funcionamiento mental.
Los que mejor rindieron en la cinta de correr 25 años antes, eran los que mejor rendían en un las pruebas cognitivas y, si habían seguido haciendo ejercicio durante esos años, rendían incluso mejor. Además, los que hacían ejercicio hace 25 años estaban más sanos en todos los sentidos: pesaban menos, se alimentaban mejor, tenían menos probabilidades de fumar y más probabilidades de hacer ejercicio. También tenían un nivel educativo más alto y veían menos televisión.
Esto se debe a que el cerebro necesita utilizar una gran cantidad de oxígeno y las personas que están en mejor forma física utilizan el oxígeno de forma más eficiente. El ejercicio físico también beneficia la función mitocondrial, que es una medida de lo bien que las mitocondrias utilizan la energía, explica Jabobs.
Hay que tener en cuenta que muchas personas no participaron en la segunda parte del estudio (25 años después) y Jacobs sospecha que estas son las personas que estaban en peor forma física.
Jacobs añade que es importante hacer ejercicio durante toda la vida para obtener estos beneficios. Sin embargo, hacer ejercicio no consiste solo en salir a correr, ir en bici o cosas similares, sino que el simple hecho de estar activo a lo largo del día, saliendo a la calle, caminando a los sitios en vez de ir encoche o haciendo actividades con amigos en vez de estar sentado viendo la tele o jugando a videojuegos, puede ser suficiente para mejorar la salud del cerebro.
Jacobs pretende seguir a este grupo a lo largo del tiempo para ver si las personas que han sido físicamente activos durante toda su vida tienen menos probabilidades de tener Alzheimer.
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