Definitivamente reflejamos la manera como nos percibimos a nosotros mismos, y al hacerlo, las personas de nuestro alrededor tienden a percibirnos de igual manera. Eso quiere decir, que si tú te percibes torpe, aunque no lo seas, la gente tenderá a percibirte como torpe, y también tenderás a actuar así. Si te crees bello, actuarás como bello y las personas tenderán a percibirte así. De la misma manera sucede si te percibes feo, si te percibes fuerte o débil, etc.
Te contaré un caso real para que comprendas esto mejor. Fulanito era un niño gordo, y al entrar a lo que aquí en México llamamos escuela primaria, que se estudia de 6 a 11 años aproximadamente, él se sentía feo porque era gordo. Anhelaba ser delgado como la mayoría de sus compañeros. Además, a veces le decían gordo en vez de llamarle por su nombre, y esto a él le hacía sentirse inferior. Por esta misma percepción, no era sociable, era tímido y creía firmemente que las niñas lo veían horrible. Pensaba que nunca una mujer se fijaría en él.
Fulanito fue avanzando de grado en la escuela con la misma percepción que tenía de sí mismo, porque seguía gordo. Esta creencia de ser feo, despreciado, no atractivo y torpe con las mujeres, se arraigó fuertemente en su mente, y así se seguía sintiendo conforme pasaban los años. Cuando ya estaba por cumplir los 12 años, terminó sus estudios en esa escuela y pasó a otra, que aquí en México llamamos escuela secundaria y se estudia en 3 años. En ese entonces, él ya era un adolescente, y algo comenzó a suceder. Él empezó a perder peso debido a los cambios hormonales, comenzó a adelgazar. Cuando tenía casi 14 años, apenas estaba pasado unos cuantos kilos. Pero, él se seguía sintiendo feo y despreciado por las mujeres en la escuela.
Sin embargo, algo extraño sucedía. Fulanito vivía en un barrio donde tenía 5 amigos, de su edad y mayores; él se llevaba muy bien con ellos, eran como sus hermanos. Casi todas las tardes solía jugar fútbol con algunos de ellos y todas las noches se reunían para salir a pasear en bicicleta por las calles de la ciudad. Lo interesante aquí, es que cuando él estaba con sus amigos, se sentía “todopoderoso”. Se sentía respaldado, se sentía fuerte; incluso, se sentía bello, sobre todo, porque se había dado cuenta que estaba adelgazando. Un día, mientras él pasaba con un amigo por una calle, en la puerta de una casa había dos bellas adolescente, y una de ella, comenzó a decirle piropos específicamente a Fulanito. Días después, él y sus amigos ya se llevaban con ellas e iban a verlas a su casa. Otras adolescentes del rumbo comenzaron a llevarse con ellos y algunas de ellas le decían que era guapo. Cuando él estaba en la calle con sus amigos, se sentía seguro y guapo, y cuando las adolescentes comenzaron a decir que les gustaba, él sintió su seguridad y autoestima más fuertes.
Pero algo interesante sucedía. En la escuela él se seguía sintiendo gordo, feo y despreciado por las adolescentes de la escuela. No era capaz de entablar pláticas con ellas, ni siquiera intentaba sociabilizar porque sentía que ellas lo despreciarían. Sin embargo, en la calle, era un líder y era capaz de hacer amistad con cualquier chica. En la calle era un seductor experto, pero apenas entraba a la escuela, perdía sus poderes seductivos. Un día, al terminar una de las clases, un amigo de él le dijo a una compañera muy bonita lo siguiente:
- Chica, dice mi amigo fulanito que se muere por ti, que le encantas (Esto era verdad, fulanito era atraído fuertemente por esa hermosa adolescente, pero nunca se lo dijo a su amigo. Su amigo lo hizo nada más por bromear)
La chica respondió: Fooo (Esto era una expresión de asco en su ciudad). Está horrible, a mí no me gusta
Cuando esto sucedió, fulanito bajo la cabeza y se sintió más feo e inferior. Sin embargo, en la noche, cuando salía con sus amigos e iba a ver a las chicas hermosas que vivían por su rumbo, él se sentía un seductor irresistible, y todas las chicas lo veían guapo. La pregunta es: ¿por qué en la escuela las chicas tendían a verlo feo, y en la calle tendían a verlo guapo? La respuesta es simple: porque en la escuela tenía un complejo de inferioridad que desarrolló por su gordura desde niño. Esto lo hacía torpe con las mujeres, le hacía tener una personalidad nada atractiva para ellas, y le hacía sentirse feo. Por eso las chicas no lo veían atractivo. En cambio, en la calle él desarrolló una autoestima y seguridad fuertes, habilidades seductivas y sociales, y creía firmemente que era guapo para las chicas de la calle. Pero, todo esto se condicionaba al lugar donde se encontrara. Así, en la escuela era una persona, y en la calle era otra. Tenía el mismo físico, pero doble personalidad, y las chicas lo percibían atractivo o no, según la personalidad que desarrollaba con ellas.
Sucedió algo muy interesante. Una de las chicas que lo veía atractivo en la calle estudiaba en la misma escuela que él, pero él no lo sabía. En una ocasión, él iba caminando con su uniforme, y con su complejo de inferioridad escolar, cuando de pronto vio venir de frente a una de las chicas que vivían por su rumbo, con la cual él se desenvolvía muy bien, y para la cual él era atractivo. En ese instante, cuando ella lo vio y le sonrió coquetamente, él no supo cómo tratarla, si con la personalidad acomplejada de la escuela, o con la personalidad de seductor en la calle. Él se sintió confundido, y lo que hizo, fue saludarla y evadirla inmediatamente.
Después de leer esta historia real, puedes entender que no importa cómo seas realmente, lo que importa, es cómo te percibes a ti mismo. De la manera que te percibes, la gente te percibirá.
Fulanito descubrió que si podía ser muy hábil con las mujeres en la calle, también podría serlo en cualquier lugar. Descubrió que si podía ser un líder con alta seguridad y autoestima en la calle con sus amigos, también podría serlo en cualquier lugar.
Él venció sus complejos escolares, y se convirtió en un chico codiciado por las mujeres, en un líder y muy inteligente emocionalmente.
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