Somos diferentes en lo personal. Cada uno de nosotros ha sido formado con parámetros, consideraciones, creencias y valores propios y diferentes al resto de las personas aun cuando espiritualmente estemos hechos de la misma naturaleza. Nuestras diferencias personales nos separaran si nos fijamos en ellas al momento de relacionarnos y de convivir con la persona amada o con nuestro entorno.
Hay personas que desde el comienzo de cualquier relación ya están pensando que pueden lograr cambiar aquellas actitudes que le molestan de su futura pareja, compañero de trabajo, amistad o de algún familiar, una vez que se establece la convivencia o el compartir se pasan la vida queriendo cambiar o doblegar la forma de ser de su pareja, casi siempre con la intención de mejorar su condición de vida.
Ciertamente podemos aportar sugerencias positivas producto de nuestra experiencia a la otra persona, pero debemos aprender a respetar el proceso y el tiempo que le tome asumir la información que le dimos, para decidir si la incorpora o no. Ahora bien, cuando nos convertimos en personas perseguidoras del otro a través del sermón, la crítica o el juicio constante, corremos el riesgo de que esta actitud nos lleve a distanciarnos, a enfriarnos y hasta crear un resentimiento que nos impulse a agredirnos.
La agresividad es un gran enemigo a vencer por todos. Y no importa si la guardas dentro de ti o la dejas escapar, sus consecuencias te hacen tanto daño a ti como a los demás. La gente con un alto grado de estrés reacciona muy fácilmente, se vuelven personas hostiles que se violentan y reaccionan muy fácilmente, su margen de tolerancia es casi nulo. A pesar de las tensiones de la vida diaria debemos aprender a controlar nuestra agresividad, aprender a calmarnos para actuar con responsabilidad en lugar de reaccionar.
De esta manera podremos manejar la situación y los efectos que tiene sobre nosotros en lugar de que la situación nos controle a nosotros. Reaccionar a la injusticia es algo típicamente humano, pero no podemos permitir que un problema ya existente sirva para generar otro mucho más grave. Oponerse agresivamente es una manera segura de no llegar a ningún acuerdo.
¿Cómo reaccionas cuando crees tener la razón y los otros no se comportan de acuerdo a tus expectativas? ¿Atacas o te contienes y te amargas sin atreverte a decir nada? ¿O evalúas la situación, tomas distancia y con buena actitud y mucha comprensión tratas de solucionarla? Es normal molestarse por la injusticia, la viveza y la descortesía, pero discutir por ello crea siempre más tensión y puede empeorar la situación. Muchas veces tenemos que relacionarnos con personas difíciles que nos hacen sentir mal, es importante aprender a relacionarnos con ellas sin dejarnos afectar.
La comprensión, la paciencia, la comunicación y la tolerancia nos permitirán encontrar una solución. No es inteligente dejarnos contagiar del mal humor o la agresividad que puedan tener los demás, debemos aprender a manejar las situaciones difíciles con sabiduría, sin pelear, sin perder los estribos para terminar agrediendo a los demás. Todas las discusiones en donde nos dejamos llevar más por la emoción que por la razón, tienden a hacernos perder nuestra tranquilidad, a cambiar nuestro humor, hacernos perder el tiempo y usualmente a empeorar la situación casi siempre en contra nuestra. La emociòn nos impulsa a tomar acciòn y la razòn siempre nos lleva al camino de la conclusiòn.
Todo proceso de cambio trae como consecuencia: crisis, enfrentamientos, competencia, trampas, confusión e inclusive agresión... pero al final del proceso, las personas despiertan y toman conciencia a través de su propia experiencia, de cuál es su lugar y responsabilidad en el mundo. Pensar que las cosas cambiarán por sí solas o porque sentimos que merecemos que mejoren sin que intervenga nuestra voluntad y esfuerzo, el proceso puede ser muy equivocado, pues, sólo el trabajo personal, disciplinado y responsable traerá como consecuencia nuestra transformación interna y por ende el cambio de las circunstancias externas.
Las situaciones siempre cambian para dar paso a nuevas y mejores circunstancias en tu vida. Es importante que busquemos el balance, la equidad, de manera que podamos vivir con más derechos y responsabilidad. Rescatemos la confianza y el aprecio por el ser humano, el valor y el significado de la vida. Hagamos contacto con nosotros mismos para querernos y valorarnos más, para que podamos entregar lo mejor de cada uno de nosotros al mundo, tú que lees estas líneas en este momento, eres elegido para sonreír, para perdonar, para vivir con amor, para dar sin esperar recompensa alguna, para rociar el perfume de reconocimiento y gratitud a tu alrededor, para tener detalles, gestos y palabras amables con todas las personas que te rodean, para ayudar a conciliar las diferencias, para llevar a otros la paz y para estimular al mundo a vivir con compasión, conciencia, responsabilidad y libertad.
LO QUE LAS PERSONAS ESCONDEN
Cuantas veces detrás de una cara sonriente se esconden emociones, sentimientos o pensamientos negativos y tristes que se han guardado a lo largo de toda la vida y que todavía continúan estando ahí... esperando por ser aceptados y liberados por cada uno de nosotros en algún momento. Tal vez, tú eres una de esas personas activas, fuertes de carácter, que siempre tiene un comentario ligero y positivo para los demás, pero que cuando llegas a casa, al final del día, estableces contacto con la soledad y te resientes porque te recuerda un pasado no tan grato y las emociones relacionadas con él. Sí, hoy te escribo a ti, para recordarte la importancia que tiene el aprender a liberar todas esas emociones para sanar tu alma, de manera que toda esa fortaleza y entusiasmo que derrochas hacia los demás puedan también ser tuyos internamente.
¿Te sientes a punto de estallar? Es posible que tu alma te esté pidiendo a gritos hacer un alto en tu camino para reflexionar y tomar la decisión de liberarte de toda esa carga emocional. Quiero recordarte que tú eres la persona más importante de todas y que te mereces estar sana por dentro y por fuera, independientemente de un pasado del que no eres culpable. Es tiempo de recuperar la plenitud de tu vida, sin prejuicios, sin culpa, sin resentimiento, temores o consideraciones negativas que pudieran ser el producto del pasado.
No todo es personal A veces las personas se convierten en conflictivos a causa de su susceptibilidad. Constantemente están a la defensiva, criticando y juzgando a los demás por su comportamiento y actitud hacia ellos. Seguramente que al relacionarse con otros seres humanos la relación se vuelve mas difícil y delicada y las personas opten por alejarse, qué hace esto? aumenta el malestar y reacción y reafirma el sentimiento de abandono.
Detrás de cada persona susceptible muchas veces se esconde una persona insegura, con baja estima, que vive pendiente de la actitud, el comportamiento y hasta de los gestos que tengan las demás personas en especial los seres queridos, todo esto en busca de llenar la necesidad de saberse aprobado por ellos. ¡No puedes seguir viviendo de esta manera! Tienes que mantener una actitud diferente que te permita creer que nada te toca a ti personalmente a menos que tú lo permitas.
Cuando estableces un límite amplio y firme entre tú como individuo y todas las personas y las situaciones que vives cada día, te será más fácil experimentarlas sin afectarte por lo que pase con ellas. Piensa que no tienen nada que ver contigo, que son negocios, trabajo, diferencias que se pueden reconciliar. Aprende a vivir la vida suavemente, tomando lo mejor que te ofrezca cada experiencia y desechando todo lo negativo que puedas observar dentro de la misma situación. Puedes elegir sentirte bien contigo mismo, con lo que vives, con lo que tienes y con las personas que te acompañan a vivir.
No dependas de la aprobación de los demás. Ten confianza en tus capacidades, cualidades y valores. No dependas de los factores externos. Evita fijarte en lo que tienen o hacen las demás personas. Cada vez que mueves tu cabeza para fijarte en lo que tienen o hacen los demás, te confundes y te afectas. Concentra tu atención en lo que tienes y en lo que haces para conseguir lo que quieres, de esta manera podrás reconocer y disfrutar de tus logros aun cuando te parezcan pequeños. Crea tu propio mundo. Rodéate de las cosas que te hacen sentir bien, deja de esperar tanto de las otras personas, concéntrate en aceptarte, valorarte y quererte mucho, de esta manera te sentirás más a gusto con quien eres y con la vida que tienes.
¿PODEMOS CAMBIAR A OTROS?
En estos días recibí un correo de un lector y me contaba: Tengo un amigo del que todos abusan, es tan bueno que no puede decir que no, por esta razón ha perdido mucho dinero y bienestar. He tratado de ayudarlo a cambiar y no he conseguido nada, es muy terco. Pasa el tiempo y le siguen sucediendo las mismas cosas ¿Cómo puedo ayudarlo? Te pregunto a ti que lees estas líneas: ¿Cuántas veces has querido cambiar el comportamiento, la actitud o las decisiones de otra persona? ¿En cuantos momentos te has sentido frustrado al intentarlo y no conseguir ningún resultado? ¿Te has sentido alguna vez así? Es tiempo de hacer juntos una reflexión al respecto... ¿Podemos realmente nosotros cambiar el comportamiento de otra persona? Yo creo que no. Lo que sí podemos hacer es influir en ellos con nuestros comentarios y buenos sentimientos para que ellos reflexionen y consideren la posibilidad de tomar en cuenta y analizar nuestra propuesta, aun cuando la decisión final siempre sea de ellos.
Es el momento de recordar que no somos perfectos, todos tenemos una serie de cualidades que tenemos que aprender a reforzar y a usar y unas limitaciones que tenemos que aprender a aceptar y a superar. Todos los procesos de cambio son individuales y sólo podemos hacerlo a través de nuestra voluntad y trabajo personal.
PENSAMIENTO:
No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente. René Descartes
Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.Mahatma Gandhi
Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos. Martin Luther King
Si las mismas ganas que ponemos en rechazarnos las pusièramos para respetarnos, querernos y amarnos, otra serìa la historia. Dochanlu
Nuestra tranquilidad y bienestar no dependen de las circunstancias que nos rodean, sino de como nos afectan cuando reaccionamos ante ellas.
Cuando quieras creer en alguien, cree en TI
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