Las personas se sienten más o menos cómodas según su nivel de tolerancia y su nivel de autoestima.
A mayor autoestima, más selectivos somos y, curiosamente, presentamos un nivel de tolerancia más bajo ante las conductas agresivo-pasivas, mientras que mostramos un nivel de tolerancia más alto a la frustración, por ejemplo.
En el caso de las víctimas de abuso emocional o maltrato psicológico, aún cuando ese abuso o maltrato haya ocurrido durante la niñez o un pasado no inmediato, su nivel de autoestima tarda más restablecerse. Así, es común ver que las víctimas de abuso emocional, que aparentemente han superado sus problemas, muestran secuelas a través de sus niveles de tolerancia.
Estas personas suelen presentar un nivel de tolerancia muy alto a las agresiones verbales, la discriminación, las humillaciones o la descortesía, incluso si son sutiles o subliminales. Su apego por las conductas agresivas de terceros no ha variado, simplemente se ha disfrazado de sutilezas. Esto es especialmente marcado en el caso de las víctimas de abuso emocional que presentan importantes características de la personalidad histriónica (histeria).
Estas personas aceptan cualquier comentario, por muy derogatorio que sea, con tal de no quedar fuera de tema, parecer más modernos y superados que los demás, lo que les permite a su vez, mostrar un falso nivel de autoestima saludable.
Asimismo, las personas que aún le dan la bienvenida a las agresiones verbales y no logran poner límites, casualmente son quienes presentan el nivel más bajo de tolerancia a la frustración. Prefieren elegir sacrificar su salud emocional antes que renunciar a una relación con un abusador.
Las personas emocionalmente saludables, que gozan de un nivel de autoestima igualmente saludable, no necesitan humillar, discriminar, maltratar ni ser descorteses con nadie. Y, como es de esperar, tampoco tienen intención de establecer relaciones con quienes abusan verbalmente de otros.
Los niños suelen ser muy demandantes, no toleran la espera, no toleran que no se les preste atención inmediata y suelen aceptar cualquier tipo de xxxxxx, por muy negativo o abusivo que sea, con tal de sentirse queridos, reconocidos y sentir que forman parte de una relación o un grupo, sin quedar afuera. Con las víctimas de abuso emocional, que aún no han superado el maltrato psicológico que recibieron en el pasado, pasa algo muy similar. No toleran bien la frustración, no desean terminar una relación, por muy degradante que sea, no toleran que no se les preste atención, y sobre todo, toleran y aceptan cualquier agresión gratuita por temor a poner límites y hacerse respetar como personas.
El valor que cada uno tiene es el valor que cada uno se da, es también el lugar que cada uno se da en el mundo. Y el tipo de relaciones que cada uno establece son aquellas que decide establecer con las personas que tienen un nivel de autoestima similar.
Los abusadores existen por sí mismos, no es culpa de las víctimas de abuso emocional que existan personas que disfruten maltratar, insultar o humillar a otras. Pero una de las cosas más importantes que las víctimas de abuso pueden hacer es no alimentar ni alentar el juego de los abusadores.
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