Las chicas solo quieren sexo 'quick and dirty' y pasan de seguridadLeía hace poco en el periódico que 'Happythankyoumoreplease' no podía catalogarse como película generacional porque no retrataba los problemas de la camada ni-ni ni lo duro que resulta meter cabeza en el mercado laboral en tiempo de crisis. En ese sentido -argumentaba el artículo- la película no contextualizaba, no era testigo de los días que corren.
Recuerdo discutir esto con una amiga crítica de cine tan poco de acuerdo como yo acerca del particular. A mí sí me parece "generacional" en la medida en que pone su mirada sobre un estrato de edad (la treintena recién cumplida) que se encuentra en la bisagra emocional derivada de querer amancebarse y formalizar o seguir siendo Peter Pan eternamente.
En ese aspecto, la cinta dirigida por Josh Radnor cumple los requisitos básicos para erigirse en manifiesto y la única excusa que se me ocurre para no ponerle la etiqueta referida es que retrata a una pareja en la que es "él" quien lleva la voz cantante de la relación en todo momento, achantándose cuando huele el compromiso. ¿El hombre eligiendo? No me hagan reír, no es eso lo que se lleva.
Basten una serie de ejemplos cinematográficos recientes para desmontar tan engañosa ficción. Así, no hace falta echar la vista muy atrás (si lo hiciéramos nos estaríamos saliendo de la coyuntura) para apreciar que los tiros van por otro lado:
-‘(500) días juntos’ (Marc Webb, 2009). Aquí Tom (Joseph Gordon-Levitt) se enamora de la ingrávida, pálida y hipster belleza de Summer (Zooey Deschanel). Él quiere asentar los términos de un compromiso duradero, pero ella es reacia desde el primer momento. No cree en el amor y solo le quiere como amante. El chico, acostumbrado a una sociedad machista en la que ellas valoraban la seguridad por encima de cualquier otro valor, no da crédito y acaba casi a punto de que lo encierren. Él es ella en este caso.
-‘Bon appétit’ (David Pinillos, 2010). En Estados Unidos no es el único sitio donde cuecen habas. Ahora él (Únax Ugalde) es un cocinero bilbaíno emigrado a Suiza que se encuentra trabajando en un restaurante de postín al lado de una sumiller arrebatadora. A pesar de que ella le busca y le besa y le calienta, contra todo pronóstico, no lo quiere compartiendo hipoteca porque de quien de verdad está enamorada es del mezquino del chef, que es un señor viejo, ajado y miserable. Hay desconcierto. La platea no entiende nada. ¿Por qué no quiere al guapo Únax? Pues porque es JASP perdida. No codicia la estabilidad del amor verdadero: lo que quiere es emoción y promesas incumplidas.
-‘Sin compromiso’ (Ivan Reitman, 2011). Idéntica tesitura es la que plantea la última comedia romántica de Natalie Portman y Ashton Kutcher. Ambos se conocen, se gustan (normal, son físicamente prepotentes y simpáticos) y comienzan a frecuentarse. Al principio de su contrato sexual, ella le dice que no la atrapará, que su relación acabará cuando uno de los dos quiera ir un paso más allá (presumiblemente él) y, en ese aspecto, el discurso de Reitman intenta dar por sentado que, del mismo modo que el arquetipo del macho cabrío del siglo XX se definía como polinizador nato, lo que ella quiere es sentirse polinizada por muchos machos cabríos diferentes. Y no seguimos leyendo para no molestar, pero vamos, que se hace la dura.
-‘Amigos con derecho a roce’ (Will Gluck, 2011). La némesis de la Portman en ‘Cisne Negro’ (Mila Kunis) protagoniza, por lo que hemos podido ver en el tráiler -ya que la peli se estrena en verano-, el remake más tempranero de la historia del cine mundial, pues hace gala de una premisa idéntica a la de la anterior propuesta: ninfa bajita somete a galán musculoso (Justin Timberlake) a sus liberadas y pijoteras condiciones a la hora de practicar sexo sin emociones.
Las chicas son guerreras.
Este repaso nos lleva al mundo real y a las pulsiones verdaderas salidas de cuerpos de carne y hueso. También nos lleva a una tarde de café, a mi amiga crítica de cine y a aquel odio compartido hacia una página de periódico mal argumentada.
Relacionando cine y vida, un peligroso ejercicio, me cuenta que su novio de la actualidad es un hombre sin mácula, un espécimen arrojado y romántico al estilo de Joseph Gordon-Levitt, Unax Ugalde o Ashton Kutcher que no tiene miedo de demostrar sus sentimientos ni de recorrerse la geografía española para pasar un tórrido fin de semana con ella (500 kilómetros de distancia separan sus hogares) solo 10 días después de haberse conocido. Me comenta que está encantada de que quiera conocer a sus amigos y me dice que ella quiere conocer a sus amigos también. Promete que es un hombre de los que ya no quedan porque pasa de estrategias.
Yo, que tengo mucho cine a mis espaldas y que estoy al tanto de las nuevas tendencias, le digo que no, que la santa es ella, porque equilibra la balanza de la normalidad relacional. En tiempos de posmodernismo amoroso y de Natalie Portmans chifladas no se achanta y tira para adelante. A ella el cine aún no la ha dañado de manera permanente.
Fuente:
http://www.revistagq.com/articulos/las-chicas-solo-quieren-sexo-quick-and-dirty/12592