Carta de amor abierta a Monica Bellucci“Las mujeres de caderas anchas son de fiar. Dios no da puntada sin hilo.”
(Reglas NI).
Monica Bellucci y Vincent Cassel se separan tras catorce (catorce!) años de matrimonio y dos churumbeles. He ahí el titular. Monica Bellucci anda soltera por las calles de Roma. He ahí el verdadero titular.
Lo primero, una loa al fallecido. Un respeto aquí a Cassel, probablemente nuestro guapofeo favorito, pedazo de actor y hombre GQ del siglo que ha sabido mantener a la Bellucci catorce temporadas pegada a la pata de su cama. Estos dos pedazos de carne andantes se conocieron en el rodaje de 'El apartamento' pero fue durante aquella violación en plano fijo de 'Irreversible' cuando el resto del mundo gritó: "¡Un momento!". Cassel y Bellucci han funcionado en nuestro imaginario cinematográfico como el reverso carnal de Pitt y la Jolie y por eso (y por tantas cosas) los hemos querido tanto.
Pero vamos al lío: Monica Bellucci. Probablemente apareció en vuestra vida -¡admitidlo!- en 'Malena', de Giuseppe Tornatore (maravillosa banda sonora de Ennio Morricone) y lo hizo andando -ella siempre está andando- por las calles de Castelcutò embutida en un traje blanco y el pelazo azabache sobre los hombros, desafiando al fokin mundo. Y el adolescente que éramos, que por aquel entonces andaba pensando en chicas raras (yo qué sé: Winona Ryder) se cuadró en el acto ante esa verdad telúrica e inapelable: ¡qué mujer!
Y es que hay mujeres que uno no sabe qué hacer con ellas. Las hay -tan pocas, maldita sea- que queremos como amigas (así es: pagafantas), las hay cobijo y las hay que son ese polvo huidizo del que nos arrepentiremos mañana por la mañana (hoy no, mañana). Las hay que son madres -tantas, maldita sea- y también hijas un poco defectuosas. Monica es todas las mujeres. Las mujeres reales, las imaginadas y todas las demás en una suerte de epílogo evolutivo: “Ahí os la dejo” debió de pensar el de la barba blanca antes de bajar la persiana y mandarnos a todos a tomar por culo.
Monica es todas las mujeres ”
Lo que la Bellucci representa apela a una parte de nosotros mismos que nos asusta y fascina a partes iguales. Por ella queremos cazar jabalís, cortar leña sin hacha y hablar muy poco y muy lento. Beber vino en vaso ancho y pasar largos inviernos frente a la chimenea y las caderas interminables de esta jaca tan poco nuestra y tan de nadie. Conquistar imperios y pensar un poco aquello de que lo mejor de la vida es “aplastar enemigos, verles destrozados y oír el lamento de sus mujeres”. Hacerle millones de hijos, construir una cabaña con nuestras propias manos y pescar con arco -se puede- truchas gigantes para asar a la piedra, mientras Monica mira hacia otro lado. Un poco indiferente.
Monica Bellucci anda soltera por las calles de Roma. Paseando sus caderas y su indiferencia mientras el resto del mundo -ay- manda mails pidiendo perdón.
Fuente:
http://www.revistagq.com/articulos/carta-de-amor-abierta-a-monica-bellucci/18616
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