-Ámate a ti mismo en todos los aspectos. Así podrás sentirte merecedor del éxito que anhelas.
-Valora todos tus dones y talentos. Por más sencillos que te puedan parecer, son importantes.
Eres tú quien determina el valor de lo que haces u ofreces, no puedes depender de la aprobación externa.
-Agradece a diario y de todas las maneras que puedas todo lo que tienes y ya existe en tu realidad, en todas las áreas de tu vida. Agradécele a las personas, a ti mismo, a Dios o al Universo.
-Focaliza tu atención en todos los pasos que has dado, en todo lo que ya has avanzado, sin pre-ocuparte por todo lo que falta andar o realizar. Está bien tener planes e intenciones para el futuro, pero no te obsesiones ni dejes de apreciar todo lo que ya has conseguido.
-Dedícate en tu tiempo libre a hacer aquello que de verdad te satisface, aunque aparentemente no pueda darte dinero. Es el disfrute, la alegría, la paz y la satisfacción que sientes al hacerlo lo que te brinda la sensación de éxito.
-Sé generoso, confía en ti mismo y en tus capacidades. Si tienes dones, debes compartirlos, del modo que sientas que es adecuado para ti. No te juzgues ni juzgues tus talentos, ofrécelos al mundo… o a tu vecino.
-No te detengas en los obstáculos o las dificultades. Si encuentras el modo de enfrentarlos y resolverlos, adelante. Si no es así, busca nuevas opciones, otros caminos o posibilidades.
-Recuerda que los errores no existen, pues son apenas oportunidades de aprender algo. Pon tu atención en descubrir qué puedes aprender de cada experiencia. Cuando hayas integrado la lección, ¡has obtenido el mayor de los éxitos! Ya que en realidad hemos venido a este mundo para disfrutar y crecer…
©2014- Enriqueta Olivari. Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y al sitio:
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