La isla Gaiola podría ser una más de la costa italiana si no fuera por su amenazador pasado y las situaciones que han rodeado a sus desdichados propietarios.
Siempre se ha especulado que el sur de Italia está envuelto por una serie de misterios.
La misteriosa isla Gaiola, cercana a Nápoles, obtuvo su nombre por las cavidades que salpican la costa de Posillipo (del latín cavea, ‘pequeña cueva’, y luego a través del dialecto ‘Caviola’). Originalmente, la pequeña isla era conocida como Euplea, nombre relacionado al dios protector de la seguridad de la navegación, e incluso en el lugar se levantaba un pequeño templo.
A principios del siglo XIX, la isla estaba habitada por un ermitaño, denominado ‘El Mago’, que vivía gracias a la limosna de los pescadores. Poco después se construyó la villa que la ocupa hoy en día y que en un tiempo fue propiedad de Norman Douglas, autor de Land of the Siren.
¿Por qué la población de Nápoles considera a Gaiola una ‘isla maldita’?
La fama de isla maldita es por la prematura muerte de sus propietarios y otros incidentes ocurridos. Asimismo, el 12 de agosto de 1911, el crucero San Giorgio, de la marina italiana, recién salido de los astilleros de Castellammare di Stabia, se estrelló “a toda velocidad” contra la isla Gaiola.
En la década de 1920, perteneció al suizo Hans Braun, que fue asesinado en la isla y encontrado envuelto en una manta. Más tarde su mujer se ahogó en el mar.
El siguiente propietario fue el alemán Otto Grunback, que murió de un ataque al corazón durante su estancia en la isla.
Un hecho parecido sufrió el empresario farmacéutico Maurice-Yves Sandoz, quien se suicidó en un hospital psiquiátrico en Suiza. Posteriormente, tuvo otro propietario ligado a la industria del acero alemán, el barón Karl Paul Langheim, el cual se arruinó. ¿Coincidencia o nefasta maldición?
Fuente: Contextotucuman.com