El típico imbécil no existe, porque no nos podemos poner todos de acuerdo en elegir determinadas características que lo definan.
Digamos que imbécil es esa persona que molesta, unas veces con intención y otras sin ella. Se vale de tonterías, impertinencias y otras actitudes antipáticas.
El imbécil nunca es imbécil para sí mismo, pero quienes tratan con él lo tienen claro: ¡Es imbécil!
A continuación veremos algunos comportamientos que, seguramente, la mayoría consideramos imbéciles, ya sea cuando los mostramos o cuando los sufrimos por parte de otros.
1. Es imbécil hablar sólo de uno mismo.
Aquí está el típico cansino que no necesita saber nada de otra persona.
Su único tema de conversación gira en torno a su vida y hazañas.
Si alguien le cuenta algo, replica diciendo: “Yo también” o “Yo más“. Y, seguidamente, vuelve a hablar de sus batallitas dejando a un lado lo demás.
2. Es imbécil hacer chistes de mal gusto.
Aquí está el que se ríe de su propia falta de educación, que quizás tome por ingenio. Ese imbécil que dice burradas con forma de broma, sin importarle para nada que le pueda sentar mal a otra persona.
3. Es imbécil meter las narices donde no te llaman.
Hacer preguntas o comentarios que invadan la intimidad de otros sin que ellos hayan dado pie, sí, es imbécil. Más todavía si se cruza la barrera del respeto.
- ¿Qué pasa contigo? ¿Todavía no has tenido niños? Mira que se te va a pasar la hora…
- ¿Y a ti qué te importa?
4. Es imbécil ser borde.
La persona borde es antipática sin necesidad. La que suelta pullas o hace comentarios con la única finalidad de que el otro se sienta mal y/o sin que haya una razón aparente.
5. Es imbécil no respetar la opinión de otros.
El imbécil no sólo cree que su opinión es la única acertada, sino que desprestigia, ataca y ridiculiza todas las demás. Parece ser que no está preparado para asumir que cada uno tiene derecho a pensar como le plazca.
6. Es imbécil quejarse todo el tiempo.
Aquí tenemos al imbécil que se queja hasta cuando llueve maná del cielo. Siempre encuentra el “PERO” que lo echa todo a perder.
Con las personas con las que hay confianza, bueno va (tampoco es que sea muy agradable), pero a los meros conocidos, ¿qué les va a importar tanta queja y tanta llorera continua?
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Bueno, pues ya tenemos pistas que pueden servirnos para reconocer actitudes imbéciles, en nosotros o en otras personas.
La finalidad no es etiquetarnos, sino cuidar la salud de nuestras relaciones.
http://tusbuenosmomentos.com/2012/02/tipico-imbecil/