En la tradición judía la Shekinah es el aspecto femenino de Dios. Shekinah significa cobijo o morada. Es la Gran Madre del universo, la Reina de los Cielos y la novia de Dios. Se cree que es el ángel al que Jacob hacía referencia como “el ángel que me redimió de todo mal” (Génesis 48,16).
Los místicos judíos nos dicen que la Shekinah fue separada de su amante, Dios Padre, cuando Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén. Desde entonces sólo están juntos las noches de los viernes, antes del Sabbath. Únicamente se reunirán cuando la luz original de la Creación regrese a su fuente. Afortunadamente cada acto de amor, generosidad y compasión acerca más a la pareja. La Shekinah proporciona unidad y paz mental y se deleita ayudando a todos los amantes. En la Cábala se considera la reina de los ángeles.
En el gnosticismo, la reina de los ángeles es Pistis Sofía. El Papa Pío XII otorgó este título (Regina Angelium) a la Virgen María en 1954. (La Iglesia católica romana también la denomina ángel de la paz y reina de los apóstoles, de los confesores, de la tierra, del Cielo, de los patriarcas, de los profetas y de los santos).
Sin embargo, la Virgen María ha sido conocida con este título desde el siglo IX, cuando llegó a ser más popular incluso que su hijo, Jesús. La Iglesia católica afirma que la Virgen no murió sino que fue llevada al cielo en vida. En su papel de reina de los ángeles, María actúa como mediadora entre Dios y la humanidad.
Fuente: Enciclopedia de los Ángeles. Richard Webster.