Los primeros alquimistas tenían un listado de ingredientes, recetas y técnicas para conseguir los metales. La base de muchas de estas recetas era introducir a los metales básicos propiedades que carecían dichos metales. Hoy en día esto no es razonable, pues por ejemplo, el oro genuino sin importar la duración al calentarlo nunca cambia de color; sin embargo, hay que decir, la mayoría de las joyas modernas no pasan esta prueba, ya que por lo general contienen ciertas cantidades de cobre, y por lo tanto cambiarán de color.
Pero hay que recordar que los primeros alquimistas no tenían conocimiento de este hecho con el oro de verdad. Además, estos alquimistas no eran conscientes de que cada metal tiene una gravedad específica o peso que otro metal no puede igualar. Por lo tanto, estos alquimistas imaginaban que si a través de un proceso se obtenía un metal parecido al oro o la plata, verdaderamente habían producido el metal.
El proceso implica generalmente una de dos técnicas: o bien la preparación de aleaciones de color blanco o amarillo por fusión, o colorear la superficie del metal. Su razonamiento para hacer esto era que si otro metal tenía la propiedad de la blancura o el amarilleo, esta propiedad podría ser retirada de ese metal e insertada en el metal que carecía de la propiedad, pues el color se consideraba una “actividad” del metal, su pneuma o espíritu. Mediante la adición de un color que le faltaba el metal, los alquimistas consideraban que estaban dando el espíritu al metal.
La mayoría de los intentos no tuvieron éxito, pero hubo excepciones en las que había coincidencias de color entre el reactivo y el producto que parecían apoyar la regla; estas fueron normalmente aleaciones que contenían cobre, plata, y arsénico.
Los éxitos aparentes en la fabricación de oro eran mucho más fáciles de conseguir. Las recetas iniciales del alquimista generalmente incluían estos cuatro métodos:
La fabricación de aleaciones amarillas de metales básicos, al igual latón.
La preparación de oro degradado.
La coloración superficial de metales o aleaciones.
Una serie de procesos muy complejos en los que líquidos destilados fueron empleaoas o en los que los metales se sometieron a la acción de vapores.
La mayoría de estos métodos fueron empleados en la producción de aleaciones de cobre, estaño y zinc; aunque el zinc en forma metálica no se conocía entonces, estas aleaciones se prepararon a partir de mezclas de fundición de otros metales o sus minerales con cadinia, una mezcla de óxidos metálicos que contienen diversas proporciones de zinc encontrados como depósitos en chimeneas de hornos de fundición. Es muy probable que ninguno de estos métodos creara una sola onza de oro que un orfebre que aceptaría, pero el aspecto amarillo dio esperanza para el éxito.
El intento más exitoso en la fabricación de oro se llamó “doble” de oro, pues se duplicó el peso de oro. Básicamente fue apoyada por el hecho de que mientras que la plata se transformaba a un tono amarillo, y el cobre en un tono rojizo; la mezcla de la plata y el cobre se transformaba en algo parecido al oro.
Lo más probable es que el alquimista no pensara que estaba falsificando oro, tanto es así, que algunas preparaciones de aleaciones de esta manera hoy en día son legales en el continente europeo.
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