Una nueva realidad se impone. Las familias monoparentales, que siempre se salieron de lo convencional o de lo que la sociedad estableció como tal, son cada vez más frecuentes. El concepto de madre soltera y el modelo familiar que implicaba es común desde hace tiempo, pero ¿y el de padre soltero?.
Ahora descubrimos este fenómeno poco comprendido y minoritario. Hombres que consiguen la custodia de sus hijos tras un divorcio, o que quedan viudos, o a los que su ex mujer hace responsable de los niños, o incluso que deciden tener un hijo a pesar de no tener pareja.
En Estados Unidos, por ejemplo, hace ya casi 9 años, los padres solteros eran según la oficina de censos de este país, 2,1 millones.
Estos hombres, que siguen siendo un porcentaje mucho menor al de las madres solteras, deben enfrentarse por un lado a las dificultades siempre sujetas a criar a un niño, más al hecho de no compartir esta labor con nadie y, además, a una especie de prueba que les plantea la sociedad, que no espera o no cree que un hombre pueda realizar esta tarea satisfactoriamente.
Esta realidad se ve en la calle y también en los juzgados. Son ya muchos los padres que piden la custodia compartida para poder disfrutar y cuidar de sus hijos a diario, y no sólo cuando lo estipula el régimen de visitas, pero desgraciadamente son pocos los que logran satisfacer sus reivindicaciones con este reconocimiento judicial.
Tradicionalmente es cierto que las mujeres solían ser amas de casa y se dedicaban casi en exclusiva, y sin gran apoyo del marido, al cuidado de los hijos. Pero ahora las madres también trabajan mayoritariamente fuera de casa y ellos no siguen siempre el patrón de padre ausente y poco involucrado en la educación de los niños.
Paciencia y mucha dedicación
Aceptar la responsabilidad total de los hijos no es tarea fácil, hay que conjugar muchas obligaciones, desde el trabajo fuera de casa, a preparar la comida, arreglar el hogar, lavar la ropa, ayudar a los niños en las tareas escolares. Es conveniente evitar las presiones sociales externas, pero sin caer en la soledad, se debe buscar ayuda.
El tiempo corre en contra, parece que nunca es suficiente para cumplir con todo. Para ello es bueno mantener una rutina: establecer las horas de las comidas, actividades por la tardes, el tiempo que sus hijos deben dedicar al estudio.
Estas situaciones también pueden ser difíciles para los niños, por eso es conveniente hablar con ellos, explicarles los cambios que se han producido en la familia, compartir los sentimientos y opiniones al respecto, pero sin transmitirles sus frustraciones.
A pesar de la carga familiar y las múltiples obligaciones diarias, debe sacar tiempo para sí mismo, para estar con sus amigos y llevar a cabo aquellas actividades que le gustan. No por esta nueva situación debe abandonar el deporte, la lectura o cualquier otra afición que tuviese antes.
Aunque esté estresado, si usted enfrenta la vida con optimismo el ambiente familiar será mucho más positivo.
Mantener una buena relación con los hijos es fundamental, eso sí, sin caer en un compañerismo excesivo. Los roles deben estar claros, el padre es ante todo la autoridad, a quien se debe obedecer.
No dude en pedir ayuda a su familia o a los amigos, ellos comprenderán sus necesidades y el hecho de que no le de tiempo a cumplir solo con tantas obligaciones. Búsquese alterativas para tener más tiempo, como que el padre de unos compañeros de sus hijos les lleve al colegio. Usted se merece un descanso.
Destacamos
-- Los hombres deben enfrentarse por un lado a criar a los hijos en solitario y por otro, a una especie de prueba que les plantea la sociedad, que no espera que un hombre pueda realizar esta tarea satisfactoriamente.
-- Establecer una rutina y tratar con los hijos la nueva situación familiar son algunos de los consejos a seguir.
-- Es conveniente pedir ayuda, porque el padre también necesita tiempo para sí mismo.
http://www.terra.com/mujer/articulo/html/hof70001,2.htm