En el pasado y desde hace muchos pasados, las relaciones de pareja, siempre estuvieron detalladamente delimitadas, actualmente no se sabe que pasa.
Fidelidad, lealtad, compañía, cariño, comprensión, sexo y compromiso; son algunos de los elementos esenciales que conforman y sostienen una relación.
Hoy en día, todos estos elementos los seguimos buscando; sin embargo, tienen otra cara, una más camaleónica, una casi camuflada. No está para ser vista, sólo para ser vivida.
Fidelidad de sentimientos, más no necesariamente de cuerpos; lealtad según la posición que ocupes en la jerarquía de “las posibilidades”, la antigüedad pierde su merito, para dar paso al amor, la pasión y la complacencia, que en estos tiempos resulta lo más premiado.
La compañía, toma todas las formas posibles y se turna entre fantasía y realidad; cuando ya no se aguanten las ganas, finalmente llega el sexo o cualquier contacto físico real que conduzca a ello.
El tacto de la persona deseada, el olor de su piel, el sonido de su risa; ha sido suplantado por el icono más expresivo que encuentres en tu ventana de chat.
Incluso cuando algo malo ha sucedido, el abrazo fuerte y reconfortante, llega días después; mientras tanto una llamada efusiva y a veces hasta escondida.
Amar ha vuelto a llevarnos a escribir cartas y poemas, de la mismísima mano que acaricia las teclas… alcanzamos a amarnos a distancia.
El deseo insaciable y descontrolado por quien amas debe encontrar todos los días una forma de romper la nulidad de un “Me haces falta.”
Realmente esta época de la tecnología que lo hace todo más fácil ahorrándonos, muy a lo Sheldon: todo el contacto “innecesario.” Nos ha convertido en verdaderos poetas de la lujuria y el amor. Ases en amoríos comunicacionales.
Hoy en día, estar de la mano de tu persona ideal y simplemente ser pareja formal, se ha vuelto el mayor de los privilegios. Mientras te escribo hasta que se me acaben los megas…
Todos los obstáculos posibles entre dos personas que se aman, hoy desaparecen; el internet y la tecnología sofisticada de tu teléfono son capaces de romper cualquier barrera.
Es claro que esta ha sido diseñada para trabajar a nuestro favor, pero tanto puede ser el favor que nos hace, que no restringe vivir?
El cariño y la comprensión, se han transformado en lo mucho que me escribes al día y el tiempo que me otorgas para responder. Respectivamente.
En el sexo, la situación se torna un paseo en la heladería, a ver que sabor, textura y color; logra complacer más tus sentidos.
Incluso las discusiones son mucho más tolerable, cuando con un click publico que la estoy pasando chevre con otr@… Pero Ay! De ti, si todo está bien y colocas un Nick medianamente abierto a la interpretación… Ardió Troya en la guerra de indirectas por PIN. Ahora sufrimos conflictos que antes ni se nos ocurría tener.
Hasta los detalles románticos se hacen en un abrir y cerrar de ojos, sumamente significativos y gratis: “Te dedico (este video de youtube).”
Donde quedaron los deliciosamente olorosos y halagadores ramos de rosas? Enviados a la oficina donde haya un display de amor…
Nos estamos involucrando de mil maneras, así no vayamos a conocernos realmente, ni siquiera tocarnos… lo que interesa es no estar solos.
Me pregunto qué definición de soledad de maneja ahora, ya que hasta para ir al baño nos llevamos el teléfono…
Asumimos las situaciones sentimentales más arriesgadas y creemos que aún sin compromiso, no necesitaremos compromisos para mantenerla viva y funcionando.
Eliminamos las demandas, pensando que así controlaremos lo que nace, se alimenta y crece entre dos. Esperando que el deseo de vez en cuando nos una, ignorando que nos une cada vez que pensamos en esa persona especial.
Desesperadamente se intentan domar dos cosas que resultan bestiales cuando son ideales y reales: el deseo y el amor.
Los límites en una relación de pareja en la actualidad, ya no son para proteger la unión; son para protegernos de una unión que duela.
Es increíble la cantidad de aspectos que estamos dispuestos a flexibilizar, negando que necesitamos amar y estar con esa persona ideal.
Sucede un grave conflicto allí, quien ama y desea hacerlo sanamente, ahora se retuerce, trauma, agoniza y desdobla para hacerlo.
Hacer pareja en la actualidad, si es que logras pasar el proceso de selección y ser el mejor y menos complicado postor; es una guerra de suerte.
Si ya hacer pareja resulta complicado y competitivo, en el siguiente nivel toca luchar con los miedos de ese que intentas conquistar.
A mayor miedo de esa persona especial, menores las posibilidades de mostrarle tu amor y aún menores de lo sienta y sea recíproco de este.
Es natural y común, temer a un corazón roto, pero cambia por completo ahora que los medios dan balas a los miedos para matar al amor.
Antes si temías que los sentimientos de ese ser especial fueran inciertos, lo confrontabas, se conversaba; ahora le revisas el Tw y le hackeas el Face…
Si te sientes inseguro de tu pareja, ya no se pregunta qué está pasando, se espera que se vaya al baño para revisar el teléfono.
Tener pareja ua no es verse, hablarse, tocarse, olerse y saborearse; es examinarse, stalkearse, amenazarse e incluso atentar el uno contra el otro.
Honestamente, podemos y seguramente lo haremos; transformar las uniones, sus razones y necesidades tanto y tan retorcidamente queramos, en el fondo no habrá mejores letras para llamarlo que “mi amor.”
El amor no se trata de romper todas las barreras, ni de hacerse invisible para no molestar o si quiera estar callado para no hacer ruido.
El amor, sin importa cuán HD y sensible sea la pantalla táctil de tu teléfono y lo poderosas de sus aplicaciones de seguridad; no dejara de ser real y por ello necesitar como la primera vez desde el inicio de los tiempos: la piel, los besos, la voz y la mirada del ser amado.