Caminos recorremos, piedras tropezamos, perdidos más de una vez quedamos…Pero si hubo fuego en el corazón las ganas de que queme no se van
Cuando se tiene tiempo viviendo, muchas cosas comienzan a ser cada vez más similares, un amor, una pasión; una en todas… Todo en cada una
Cuando el corazón ardió, vibrante, enardecido de placer, el recuerdo basta para sentir la piel cálida otra vez, anhelando nuevas quemaduras
El futuro guarda la promesa del próximo gran amor, del próximo gran placer. El pasado, las marcas en la piel de cada cumbre hecha historia
Si cierro los ojos te imagino, si los abro te deseo, si con ellos te veo, corre… No hay otra cosa que desee más, te devorare!
El futuro es la imaginación del mayor gozo, las historias que escribieron el pasado todo con lo que juego a imaginar
Tus olores, tus texturas, encontrándose con todas mis rupturas. No es fácil apagar el fuego que como vela sigue iluminando aquellos momentos
Las miradas, la tensión, la inspiración profunda para tomar fuerzas para la batalla. Tus intenciones golpeándome, las mías rindiéndose
Mis manos curiosas por escudriñarte, dibujarte, escribirte, poetizarte; porque así te traducías, en mera y loca poesía
Mi pasado no pudo haber sido ni un tono de gris de todos los que es hoy sin ti. Cada encuentro contigo me abrazó con la oscuridad de tu abismo
No besos, ni abrazos! Nada como estrellarme en deseo por ti, nada como necesitarte absorta, nada como golpearte con mis provocaciones
Nada como rezarte con los ojos cerrados, devota de tu aliento, con fe a tu piel, confesando uno a uno de mis deseos, esperando ser absuelta
La mujer en mi se bautizó de toda luz y sanidad, se entregó a la oscuridad de este mar, se condenó a tus perversiones, selló contigo las suyas
En ti me encontré, no miento del reflejo me asuste, de las similitudes me impresione, mis demonios los negué, pero de los tuyos disfrute
Desear es ahora una palabra que se escribe con momentos tuyos y míos donde rompimos de desgaste toda lujuria
Ciertamente mi pasado contigo permanece vivo, ahora está donde debe; llenándome de sonrisas furtivas por travesuras hechas pero no revividas
Sigo el camino, descubriendo más en el siguiente paso, sin embargo mis pasadas te llevan consigo, ya no recuerdo tu nombre sólo tu sombra
Tus labios mintiéndole a los míos, mi cuerpo creyéndote lo único que era verdad; el deseo imperioso de un grito. El grito
Historias que llegaron a su fin, esas, la mía y la tuya escritas en una. Cada cuanto repasó tus páginas, anécdotas añejas pero inolvidables
Dos cosas tengo que agradecerte, en tus manos mi valentía, en las mías tu humanidad. Decir adiós y ya basta, ya no más
En mi vida tu experiencia, en la tuya mi profunda sensibilidad. Una historia que regresa al estante donde guardo los fines y los quizás