Con las nuevas tecnologías de fertilidad, una mujer de 90 años dio a luz un bebé.
Cuando salio del hospital a su casa, llegaron sus familiares a visitarla:
-¿Podemos ver al bebé?, -preguntaron-.
-Todavía no, -dijo la flamante madre de 90 años-.
Pasó media hora y otro de los familiares preguntó.
-¿Podemos conocer ya al nuevo miembro de la familia?
-No, todavía no.
Pasó otro buen rato y volvieron a preguntale a la anciana:
-¿Podemos ya ver al niño?
-¡Que no, que no! Esperad un poco más.
Los familiares, ya impacientes, le dijeron a la madre:
-Pero bueno, ¿cuando vamos a poder ver al bebé?
-¡Cuando llore!
-¿Qué...? Cuando llore... ¿Pero por qué tenemos que esperar hasta que llore?
-¡Porque no recuerdo dónde lo dejé!
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