Los sueños son como llaves. A medida que los vas cumpliendo se van revelando nuevos sueños. De tal forma que si sientes que tienes que hacer una cosa en concreto, por muy insignificante y pequeña que sea, cuando la cumplas te acercarás un poco más a otros nuevos sueños que irán apareciendo y que cada vez te hacen sentir mejor.
Pequeñas cosas de hoy que no cumples pueden llegar a negarte el acercarte mañana a un sueño un poco más potente. Sí, ahora lo explico con ejemplos.
Puedes tener el sueño de aprender italiano. ¿Por qué? No lo sabes. Lo que si que está claro es que quieres aprender italiano y te apetece un huevo. El hecho de cumplir ese sueño va a abrir una puerta que a día de hoy está cerrada. Puede ser que en el curso de italiano conozcas a alguien que te inspire un nuevo sueño o que puedas aceptar un trabajo en Roma y cumplir así tu sueño de comer spaghetti Carbonara junto al Coliseo una vez a la semana. Es posible que este último sueño (el de los spaghetti) sea más potente y te haga sentir mejor que el sueño de aprender italiano, pero no lo sabrás hasta que no te veas con la capacidad de poder cumplirlo.
Si tu mente percibe que algo es muy complicado, de entrada lo va a rechazar y
ni siquiera te lo va a mostrar. Pero, como, en el fondo, hay una parte de ti que te tiene estima y que quiere ayudarte a que cumplas tus sueños, te va a ir dando pequeñas cosas que sí puedes aceptar como posibles para que, a medida que las vas consiguiendo, te veas con mayor capacidad para cumplir lo que de verdad quieres.
Por eso, ¿qué pasa si no cumples tus sueños por muy pequeños que seas? Que te quedas como estás.
Otro ejemplo. Siempre te ha apetecido ir a un rocódromo y aprender a escalar. Tu mente lo ve posible y te dice “me apetece ir a un rocódromo”. Te decides a ir. Cumples tu sueño. Pequeño sueño, pero sueño al fin y al cabo. Al tiempo, y tras repetir un par de veces la escalada en recinto cerrado, te empieza a apetecer ir a escalar una pared a la sierra con un colega del rocódromo. Lo ves posible y vas. Siguiente sueño cumplido. Este un poco más potente. Repites unas cuantas veces y te ves suelto. Ahora empiezas a sentir con mucha fuerza en tu Interior la necesidad de viajar a aquella montaña que está a 500km para escalarla. Empiezas a verlo posible debido a todo lo anterior. Cada vez lo sientes con más fuerza hasta que un día no puedes aguantar más y decides ir. Tras esa escalada, en lo alto de la montaña, miras el imponente paisaje y ves tu vida clara, diáfana. Un momento de plenitud que recordarás para siempre.
Unos meses antes, si te dicen que tu sueño es ir a esa montaña y escalarla habrías dicho: “¿tú que te has fumao tío?”.
Un pequeño sueño despertó otro grande, y ese otro otro más grande.
Ahora pregúntate: ¿qué está dejando de pasar por no cumplir ese pequeño sueño que no haces más que postponer?
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