Ayudarlos a entrar en paz al Reino de los cielos:
Padre celestial, tú nos das la dádiva de la libertad de amar y seguir tus caminos y tus mandatos. Algunos padres escogen abusar de esta libertad destruyendo el regalo de la vida, tu obsequio. Por favor, perdona a quienes destruyen la vida humana con el aborto, y da a esos niños abortados la oportunidad de disfrutarte por toda la eternidad.
Ayúdame a ser solidario con esos pequeños seres tuyos, tomando como propias las palabras de tu Hijo: “Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40). Por eso, permíteme hoy, Padre, adoptar espiritualmente a un niño abortado, y ofrecer todas mis oraciones, mi trabajo, mis alegrías y mis sufrimientos por ese pequeñito, para que pueda vivir en tu gloria, con tu Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo, un sólo Dios, por los siglos de los siglos. Amén!.