Existen miles de formas para saber que eres una persona valiosa, pero ningún sirve y si no te das el permiso de reconocerte como tal.
Existen millones de personas que van caminando por el mundo buscando lo que tienen dentro, y que es eso que van buscando por el mundo? Amor, aceptación, reconocimiento, ser escuchadas, comprendidas, atendidas, amadas, dignas de un buen amor, de una buena compañía, de un buen trabajo, tener buenos amigos y amigas, etc., y puedes agregarle todo lo que tengas en lamente, pero , te has preguntado por qué no lo tienes?
Muchas personas se pasan la vida lamentándose de todo lo que les pasa todos los días, y muchas veces aceptando las cosas como son y otras veces responsabilizando a los demás de sus propias decisiones, y eso es el reflejo de que a pesar de ser adultos siguen sintiéndose como niños, indefensos y con la necesidad de ….., y es posible que de niños hayan sufrido de muchas carencias de todo tipo, económicas, emocionales, de compañía, etc., pero cuando se llega a ser adulto hay que reconocer que la fuerza física, emocional, espiritual , confianza, etc., ya no depende de los que fueron nuestros cuidadores llámese padres, tutores, o lo que sea, ahora tenemos el poder de cambiar todos los paradigmas por lo que nosotros deseamos.
Eso, es cuestión de actitud, podemos pasarnos la vida lamentándonos de nuestras heridas o someternos a una cirugía emocional y extirpar lo que nosotros consideremos que sea un cáncer emocional quitándolo de raíz para comenzar de ceros y dejar de actuar y caminar por la vida como víctimas.
La vida es de valor, decisión y actitud, todo depende de nosotros y cuanto más parados estemos en nuestros propios pies mejor, nada ni nadie puede detenernos en todo lo que decidamos siempre que no pasemos por encima de los derechos de los demás.
Pero donde está la clave? Muy sencillo, todo empieza conmigo y termina conmigo.
Hay que empezar por dejar de sobrevalorar a los demás, observarlos y escucharlos cuidadosamente, después dejar de sentirnos incompetentes, inmerecedores, inferiores, miserables, pobres, ignorantes, devaluados o todos esos pensamientos negativos que nos están pasando por la cabeza y empezar por reconocernos a nosotros mismos como personas expertas en alguna actividad grande o pequeña, respetuosas, valiosas, merecedoras de amor, comprensión, etc., sin caer en la arrogancia, la soberbia o prepotencia.
Antes que esperar que los demás me amen tengo que empezar por amarme a mí mismo, antes que esperar que los demás me escuchen aprender a escucharme a mí mismo, antes que los demás me comprendan aprender a comprenderme a mí mismo, antes que esperar que los demás me acompañen aprender a acompañarme a mí mismo, antes que esperar que los demás me respeten aprender a respetarme a mí mismo y así sucesivamente.
Cuando empiezo por mí, entonces empiezo a emanar una energía diferente, porque no debe importarme si los demás cambian, el cambio tiene que empezar por mi, lo demás, seguro que vendrá por añadidura, pero tengo que empezar por mí.
Hay una línea muy delgada entre el amarme a mis mismo y el egoísmo, en el primero me reconozco como tal y en el segundo soy egoísta cuando la persona que tengo enfrente no se sale con la suya.
Muchas personas son explotadas con mucha facilidad cuando, por no re conocerse a sí mismas van pidiendo por el mundo limosna de amor , reconocimiento , comprensión, etc, y lo que reciben son solo migajas, migajas de todo, ahora pregúntate ¿eso es lo que mereces?
Si no es así , empieza por darte a ti mismo lo que por derecho te corresponde, pero ojo, tampoco hay que caer en la fantasía, hay que ser realista , ello te permitirá disfrutar de todo lo que te rodea, y recuerda ser feliz es una decisión personal, así que decidas o no decidas, el día y la vida van pasando, espero que no decidas ser feliz cuando estés a punto de irte de este mundo.
Pregúntate que harías para ser feliz si hoy fuera tu ultimo día de vida? Solo recuerda respetar los derechos de los demás porque lo que lo que avientas es lo mismo que te regresa a la cara.
Se asertivo, amate a ti mismo y los demás te amaran por añadidura.
Dr. Fausto Gerardo Rosas Nepomuceno