Morir, dormir… tal vez soñar. Ya lo dijo Shakespeare. Los sueños nos sumen en un estado de inconsciencia donde dejamos de ser dueños de nosotros mismos. Pero, al mismo tiempo, nos sumergimos en ese océano onírico donde se alzan las islas de nuestros mundos más recónditos, el mismo inconsciente colectivo del que hablaba Gustav Jung.
Los seres humanos sentimos en general los mismos miedos y compartimos las mismas fuentes de ansiedad: temor a ser abandonados por nuestra pareja, a no conseguir nuestros objetivos, a ser lastimados… todo ello construye una serie de paralelismos que cada uno de nosotros compartimos en común, dibujando cada noche, el mismo lienzo onírico. ¿Te gustaría conocer a qué conclusiones han llegado psiquiatras y psicólogos al respecto de esos sueños?
1. Soñar con un fallecido
Es algo muy habitual. Perder a un ser querido y volver a verlo a menudo en nuestros sueños. En ocasiones ni siquiera logramos hablar con ellos, los vemos cerca de nosotros, observándonos, atendiéndonos desde la lejanía. También es posible que podamos comunicarnos con ellos, pero siempre es algo breve, fugaz. Pero muy intenso. La explicación viene dada por esa lucha emocional que estamos teniendo para asumir la pérdida, la ausencia. Es parte del proceso y de nuestro propio sufrimiento al no tener junto a nosotros a esa persona.
2. Soñar que nos persiguen
Es sin duda una de las pesadillas más recurrentes. Caminar por un escenario determinado y de pronto, ser perseguidos por una persona o un animal. Los científicos nos dicen que este estado se debe al miedo “a la confrontación”. ¿Qué quiere decir esto? En ocasiones tememos afrontar determinadas cosas: pedir o exigir algo a nuestros jefes o nuestras parejas, revelar una información, o, simplemente, asumir una realidad o hacer frente a un hecho importante.
3. Soñar que nos caemos
¿A quién no le ha ocurrido? Estar durmiendo, estar soñando… y de pronto, sentir que caemos al vacío. Una angustia momentánea que nos quita la respiración y nos obliga a despertar de modo violento con una sensación de pánico. La explicación para los expertos es sencilla: estamos atravesando una situación de estrés en nuestra vida cotidiana, y esa ansiedad, esos nervios, se trasladan al mundo de los sueños en esa forma.
4. Soñar con estar atrapado
Atrapado, encerrado en un sitio pequeño, asfixiante. Una sensación claustrofóbica que nos asalta en algunos momentos en nuestros sueños. Si te ha ocurrido alguna vez párate a recordar cómo te encontrabas en esa temporada cuando tuviste ese sueño. ¿Tenías problemas en casa o en el trabajo? ¿Algún problema emocional que te angustiara, que te cercara? En ocasiones, nuestra rutina y obligaciones nos atrapa con su presión, con su exigencia.
5. Soñar que te abandona tu pareja, o que te defrauda un ser querido
Miedo a la soledad. Sencillamente. Miedo a que lo que nos es querido desaparezca de pronto y quedemos en una soledad absoluta y dolorosa. Es otro sueño muy recurrente a lo largo de nuestra vida.
6. Soñar que se nos caen los dientes, o que salimos desnudos de casa
Son muy conocidos y ambos comparten una misma explicación. Según los expertos es más habitual entre la gente joven, y está relacionado con una falta de autoestima o de seguridad en uno mismo. De pronto nos sentimos vulnerables, tenemos un problema y no sabemos cómo afrontarlo porque no tenemos recursos, porque no confiamos en nosotros mismos para ser capaces de dar con la solución. Miedo a afrontar las cosas, inseguridad, indecisión… serían seguramente las dimensiones asociadas a este cuadro onírico tan habitual.
7. Soñar con desastres naturales
Soñar con una tormenta violenta, con fuertes rágafas de viento capaces de destruir casas, de embestirnos, mares embravecidos e incluso bosques en llamas. Escenarios convulsos donde la naturaleza clama y nos vemos a nosotros mismos indefensos ¿a qué se debe?
Los psiquiatras nos dicen que sería un claro ejemplo de ansiedad. Cuando nuestra realidad parece sobrepasarnos y poco a poco, nos sentimos más pequeños e indefensos. Implican crisis nerviosas y estados emocionales donde la persona se siente muy frágil, e incapaz de afrontar todo lo que tiene a su alrededor. En caso de ser sueños muy reiterativos, los profesionales recomiendan pedir ayuda. Sería quizá el caso más extremo.
Concluir diciendo que es normal tener alguno de estos sueños a lo largo de nuestra vida. El inconsciente está relacionado con nuestra realidad cotidiana, y no está exento de “impregnarse” de nuestros sentimientos, emociones y preocupaciones. Los sueños son esos escenarios bellamente surrealistas, cincelados de mensajes ocultos que entender. Algo apasionante, sin duda. -
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