¿Poseen los animales poderes psíquicos? Hasta ahora no lo hemos podido demostrar pero aquí van dos historias, que nos harán cuestionarnos esta cuestión.
El caso de la perra Farah, es realmente interesante. Dicho animal pertenecía a una familiar de Manhattan que decidió tomarse unas vacaciones en Costa Rica. En el momento de la partida, Farah estaba a punto de dar a luz y sus propietarios la dejaron sola en la ciudad.
La familia prolongó sus vacaciones en Costa Rica, ya que el país les gustó mucho y quisieron disfrutar más tiempo de sus aires renovadores. El asombro de todos fue general cuando vieron llegar a un famélico animal casi arrastrándose. Cuando se acercaron a él, descubrieron que se trataba de... Farah. De sus belfos colgaba el único sobreviviente de la camada. Un perrito que ya tenía más de seis meses de edad. Justo el tiempo que se tomó la perrita Farah en que cruzar medio USA, embarcarse por algún lugar desconocido y llegar a Costa Rica.
¿Cómo supo llegar el animal? ¿Cómo sabía dónde se encontraban sus dueños? Pero veamos otro caso.
Azúcar era un gato persa que vivía en la residencia de la familia Anderson, en Omaha. Los Anderson decidieron mudarse hacia California y dejaron al gato en manos de vecinos que prometieron cuidarlo. Alrededor de catorce meses después, Azúcar apareció en California a miles de millas de su casa anterior. Al principio la familia no creyó que pudiera tratarse de su antigua mascota hasta que una marca que el animal tenía bajo la piel, confirmó su identidad.