¿Para qué sirve examinar nuestra vida a pocos días de terminar el año? El objetivo no es sentir nostalgia. Es el momento de revisar si la vida que llevamos es las que nos propusimos tener. Unos estarán satisfechos, sin embargo otros sentirán un vacío desconcertante incluso a pesar de importantes logros.
¿Queremos repetir las experiencias que deja este año?
Para aquellas personas que se encuentran disconformes con lo alcanzado sea por crisis de salud, económicas, familiares o relacionales. Les invito a preguntarse ¿Qué le llevo a ese camino? ¿Tiene una visión clara a dónde se dirige o lo que desea para sí? Este es el objetivo de diseñar un proyecto de vida. Nos permita revisar si seguimos los pasos que nos llevara a la meta que nos planteamos en el principio del año, de una etapa o de una transformación.
Para esto es necesario estar conscientes de quienes somos. Cuáles son los talentos personales como independencia, creatividad, paciencia entre muchos que se posee. Cada persona tiene un potencial que le ha permitido alcanzar logros ¿Cuál es el tuyo?
Algunas personas al ver en retrospectiva abandonan un sistema de vida que dejó de funcionar, y encaran un divorcio, la pérdida del empleo, una enfermedad delicada o la ausencia de un ser amado que se fue en la muerte. Todas estas situaciones crean zozobra porque sacan a la persona de su zona de comodidad, es fácil acostumbrarse a las personas, situaciones o lugares si no generamos cambios en la vida.
Aún para otras personas, este año les recuerda que soportan una relación abusiva desde tiempo atrás. Y dirán: “Nunca quise vivir así” “Ya no tengo opciones”. Aquellas personas que se encuentran en tales relaciones es importante que sepan: Para cambiar algo que disguste es necesario saber ¿Quién se es? ¿Con qué se cuenta? ¿Qué habilidades posee? En pocas palabras ¿Cuáles son esas cualidades que le dan valor?
Para ordenar nuestra vida hay que empezar por reconocer nuestro valor como persona ya que uno de los factores que impide dar el paso adelante es
El Miedo
Al comenzar un nuevo año nos sumergimos en la rutina olvidando las metas planteadas. Algunos se entusiasman en el gimnasio para eliminar el peso ganado por las comidas tradicionales navideñas, otros, visitan al médico luego de algún susto momentáneo de estos días. Pero la mayoría, deja en buenas intenciones los propósitos que el 31 de diciembre se prometieron. Y aún, están las personas que no ven salida a su situación: desempleo, divorcio, maltrato familiar, enfermedades terminales.
Cada uno enfrenta una dificultad con la que debe lidiar. Unos buscan ayuda en amigos, líderes religiosos, abogados, y otros en psicólogos. Algunas personas prefieren ver el problema en otra persona y no en sí mismos. ¿Por qué? Porqué implicaría que tienen responsabilidad en la situación que viven y por ende, que pueden cambiar la posición de víctima, pero el miedo les paraliza a tomar acción.
Pero ¿Qué es el miedo?
Es una emoción intensamente desagradable, provocada por una percepción de peligro. Esta percepción se origina de un pensamiento que puede basarse en situaciones reales o ficticias. Por ejemplo, es distinto el origen del miedo de la persona que cree que al salir a la calle se va a enfermar porque se expone a bacterias, a una persona que su esposo le pega constantemente y le amenaza con matarla. El primer miedo, se basa en una idea producto de la fantasía, mientras la segunda situación se basa en hechos.
Sin embargo, la mayoría de las personas experimentan distintos tipos de miedos:
• Miedo al abandono
• Miedo al rechazo
• Miedo al fracaso
• Miedo a quedarse solo
• Miedo a ser diferente
Estos miedos se originan en ideas o fantasías relacionadas con el cambio. Por lo que tales personas se enfocan en agradar a otros, aún a pesar de que sus acciones le ocasionen intenso malestar. Se teme a lo desconocido. Se basa en la inseguridad. Sin embargo, es necesario distinguir los efectos del miedo en el ser humano.
El aspecto positivo del miedo, es cuando actúa como un mecanismo de alarma ante el peligro inminente de daño físico lo que nos permite escapar o actuar en función de nuestra sobrevivencia.
El lado negativo es aquel que genera angustia y es paralizante. La manera más eficaz de enfrentar el miedo radica en reconocer su existencia para lo cual es necesario que observemos cual es nuestra conducta ante distintos eventos y que pensamos al momento de sentir angustia o miedo.
Dado que el miedo descansa en la inseguridad personal es necesario informarse cuando se está ante un proyecto a realizar, una entrevista, o una situación en la que se debe tomar decisiones. Informarse es clave ante las decisiones, Ser realistas en cuanto al desempeño, permítase equivocar. Nadie es perfecto. Por más que pueda cubrir los distintos escenarios posibles existirán situaciones en las cuales no se obtiene la información completa que permita una decisión acertada.
Ante el miedo es normal que surjan inquietudes y preguntas. Por lo que puede sopesar los pros y los contras de las opciones de respuesta que tiene frente al evento dado. Por lo tanto, no es valiente el que dice que no siente miedo o inquietud sino el que reconoce su existencia y aprende a manejarlo.
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