No se me ocurre un título más grafico, y ahora como siempre, voy a tratar de poner en palabras lo que intento transmitir.
Para mí la red es aquello que nos sustenta, que nos mantiene, que hace que no nos caigamos. Un ejemplo serian los trapecistas. Ellos necesitan una red de seguridad para desempeñar mejor su trabajo y yo creo que las personas la necesitamos igual, pero para nosotros todavía es más importante, su función es darnos seguridad, sentirnos queridos, valiosos.
El problema es que muchas veces, demasiadas veces, no sabemos construir esas redes que nos mantienen. A todos y a cada uno de nosotros nos gusta tener a alguien a quien contarle nuestros problemas y también, porque no, nuestros logros, conseguir favores, atención, en resumen recibir. Pero para conseguir esto, hemos de tejer nuestra red día a día, no podemos comprarla, ni encargar que la fabriquen otros, sólo nosotros podemos y debemos construirla.
En muchas ocasiones, cuando llamamos o quedamos con alguien para vernos, nuestro único objetivo es que nos escuche. Y si no preguntaros en cuantas ocasiones contactáis con alguien por el mero placer de saber como está, de como le van las cosas, de como se encuentra, de le voy a contar algo que le puede beneficiar… En qué pocas ocasiones nos preguntamos ¿Estará bien? ¿Necesitará algo? ¿Será feliz?
Si somos sinceros con nosotros mismos al contestar esta pregunta, veremos que en poquísimas ocasiones o en casi ninguna. Algunas o la mayoría de las veces, cuando lo hacemos es que estamos solos, nos sobra tiempo y con esa excusa lo que en realidad buscamos es nuestro bienestar. Llegado aquí debemos recordar que la generosidad no es dar lo que te sobra, y si, en cambio, dar aquello que valoras. Esto es tejer la red para mí.
Además ya sabemos que todos huimos de las personas que son interesadas con nosotros, tenemos amig@s que cuando nos llaman ya intuimos que es porque necesitan algo de nosotros, y aunque la conversación sea del todo amable, interiormente pensamos: “Cuando me lo va a pedir…” A nadie le gusta sentirse utilizado y esas personas cada vez van perdiendo gente y necesitan incorporar a otras en su vida. Esas mismas personas son las que se quejan de que tener amigos es muy difícil, buenos compañeros de trabajo es imposible y realizan un sin fin de comentarios de este tipo. Son aquell@s que cuando les llega un triunfo nadie se alegra y cuando les van mal dadas, a nadie le duele.
Es fácil tejer red. Lo podemos hacer en cualquier ámbito de nuestra vida. Cuando tomamos el café de la mañana con una sonrisa, un se te ve bien, o cualquier comentario siempre sincero hacia el otro. Con los conocidos, si alguien te explica alguna cosa que le preocupa, una llamada, un ofrecimiento de ayuda, un simple contacto de cariño, todo eso suma. Con los compañeros de trabajo, un buen consejo o una ayuda desinteresada, siempre será bien recibida. Con los amigos, basta con preguntar ¿Cómo estas, me necesitas? Desde el corazón. Con la familia es fácil, los tenemos a nuestro lado, y aunque nos haya tocado en suerte algun@ que no hubiéramos elegido, sólo se trata de hacer un ejercicio de empatía y ya que han de estar, que sea lo más fácil posible.
También es bueno recordar que nuestros hechos nos definen. Que más da que quien no nos conoce diga que somos simpáticos o antipáticos, lo importante es que nos dé valor quien nos trata. Es una gran fuente de autoestima sentirse querido y/o apreciado en cualquier ámbito. El reconocimiento del otro frente a cualquier acto o cualidad nuestra, hace subir el barómetro de nuestra autoestima de forma exponencial. Y de la misma manera el reconocimiento hacia el otro, nos hace sentir bien. Con sinceridad, desde el corazón, regalar comentarios positivos es otra gran fuente de autoestima. Suma, y todo lo que suma, nos sienta muy bien. La gente que sólo critica lo que le falta al otro es tóxica y ninguno de nosotros queremos ser gente tóxica ni tenerla a nuestro alrededor, simplemente porque no nos sienta y lo que no nos sienta, no suma, y lo que no suma, al final siempre resta.
Tal vez os preguntéis ¿y que gano yo dando? Pues como dicen tantos refranes del tipo: “Quien siembra vientos, recoge tempestades” o “De aquellos barros vinieron estos lodos” pero a la inversa. Jamás podemos esperar que nuestro proceder nos sea devuelto de la persona por la que nos interesamos, pero el efecto boomerang de la vida, podemos estar seguros, que funciona y por una u otra parte, todo esto nos volverá y si no, seremos mucho más felices con nosotros mismos, ya que una sonrisa y un afecto sincero, seguro que recibimos de alguien.
Así, paso a paso, vamos tejiendo la red que nos sustenta, aquella que hace bien a nuestro corazón y todo lo que le sienta bien a nuestro corazón nos sienta divinamente a nosotros.
Si os apetece probad y me decís.
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