La parte que no aparece en la historia oficial de Santa María Egipciaca
A Santa María Egipciaca se le conoce como una santa del santoral católico y ortodoxo que vivió en el desierto para expiar sus pecados. La historia oficial cuenta que se convirtió cuando, ya en Jerusalén, vio una imagen de la Virgen María que le dijo que fuera al desierto, donde encontraría su paz.
Santa María del Desierto
A los 12 años, María de Egipto se volvió prostituta en la ciudad de Alejandría. Desde entonces se dedicó a esa vida hasta que, 17 años más tarde, vio a un grupo de cristianos que se dirigían a Jerusalén para adorar la Verdadera Cruz. María decidió ir con ellos.
En Jerusalén comenzaron los milagros en la vida de María Egipciaca. Todos los cristianos pasaban por un portal para llegar hasta la cruz y venerar la reliquia. Cuando María quiso pasar el portal, una gran fuerza no se lo permitió. Ella se dio cuenta de que esto se debía a la impureza de su alma.
Cuando María se dio cuenta de que no podría entrar por ser tan pecadora, comenzó a llorar y a lamentarse. Al levantar la vista con los ojos llenos de lágrimas, María Egipciaca vio un icono de la Virgen María. Con su corazón, le pidió a la virgen que la ayudara a obtener el perdón de sus pecados para poder ir a venerar la Verdadera Cruz. A cambio le ofreció vivir en castidad y hacer penitencia.
María sintió la transformación del perdón en su ser y supo que podría traspasar el portal. Al venerar la cruz, escuchó una voz que le dijo" "Si cruzas el Jordán, encontrarás el descanso más glorioso."
María vivió durante 47 años en el desierto. Durante este tiempo, no vio a persona alguna. De alimento solo comía de tres panes que había llevado con ella cuando salió de Jerusalén.
Milagro eucarístico
Al final de la vida, María tuvo un encuentro con un Padre del Desierto llamado Zózimo de Palestina. María le pidió que le llevara la Santa Eucaristía pues no la había tomado en todo el tiempo que llevaba en el desierto. Cuando el padre regresó al Jordán, no había un bote para llevarlo al otro lado del río, donde se encontraba María.
La santa del desierto apareció y vio al padre. Entonces hizo la señal de la cruz y caminó hacia él por encima del agua. El padre Zózimo, sorprendido por el milagro, quiso postrarse ante ella, pero María no se lo permitió. Él llevaba la Santa Eucaristía en las manos, y por eso ella había podido cruzar el río.
El final de la vida de Santa María de Egipto
Un día después de recibir la Santa Eucaristía, María entregó su espíritu a Dios. Cuando el padre Zózimo regresó a darle la comunión al año siguiente, encontró el cuerpo de María íntegro y con olor a perfume. Se dice que el padre no tuvo que cavar una tumba, sino que un gran león cavó el hueco con sus patas delanteras y el padre Zózimo regresó al monasterio a contar la historia. Desde entonces, él y sus hermanos mantuvieron vivo el recuerdo de Santa María de Egipto.
María Egipciaca y el ángel
Es durante el trayecto a Jerusalén que ocurre el incidente que la inicia en su camino a la santidad. En el libro Las Valkirias, de Paulo Coehlo, un poema cae en las manos de Vahalla, la líder de las Valkirias. Los versos le contaron a Vahalla que:
"Ella [María Egipciaca] viajaba hacia Jerusalén y no tenía dinero para pagar la travesía por un río. El barquero, mirando frente a sí a la bella mujer, le dijo que, aunque no dispusiera de dinero, tenía su cuerpo. María Egipciaca se entregó entonces al barquero. Cuando llegó a Jerusalén, su ángel se le apareció y la bendijo por su gesto. Después de su muerte fue canonizada por la Iglesia, a pesar de que hoy en día casi nadie la recuerde."
La historia sirve para ilustrar cómo funciona el amor de los ángeles, que están más allá del bien y el mal, los juicios y las leyes humanas.
Santa María Egipciaca es una de las santas que han informado también la mitología alrededor de Santa María Magdalena, como la prostituta penitente. Muchas veces se les confunde o se les representa de manera similar.
http://angelesymilagros.about.com/od/santos/a/historia-de-santa-maria-egipciaca.htm