La dinámica del yin y el yang sexual
El Taoísmo, base de la medicina tradicional china, explica con claridad las diferencias fundamentales entre la sexualidad femenina y la masculina. Conocer estas distinciones te ayudará a comprender mucho mejor a tu pareja y gracias a esto tendrán una vida sexual más placentera, feliz y estimulante.
Yin y yang
Yin y yang son las dos fuerzas primordiales del Universo. Están presentes en todo lo que observamos, en el cosmos, la naturaleza, los animales y en los seres humanos. Son dos energías cíclicas y complementarias, y cada una necesita de la otra para existir, crear y procrear. Son interdependientes. La energía yang se caracteriza por la rapidez en la acción y la energía yin por su lentitud de acción.
Mujeres y hombres poseen en sí ambos aspectos, aunque la mujer tiene predominancia de energía yin (femenina) y el hombre predominancia de energía yang (masculina). También es cierto que algunas mujeres son más yang que yin, y algunos hombres son más yin que yang.
Estas diferencias energéticas entre los sexos tienen relación con las diferencias hormonales entre hombres y mujeres, y no dependen de los roles de género (producto de las normas y valores de una cultura).
Deseo y excitación a ritmo de agua y fuego
La sexualidad yang (masculina) tiene las cualidades del elemento fuego: el deseo sexual se enciende fácilmente y también se extingue con rapidez. Se extingue con facilidad físicamente (después de la eyaculación baja el deseo por un tiempo) y, en ocasiones, también emocionalmente (algunos hombres pueden perder el interés en una mujer, después que el deseo sexual ha sido satisfecho).
La sexualidad yin (femenina) está representada por el elemento agua. Al igual que el agua, el deseo femenino necesita de tiempo y preparativos para que llegue al punto de ebullición (es decir, alcanzar un óptimo nivel de excitación). A la vez, su deseo es más fuerte y duradero, y no decae rápidamente después del orgasmo. Esto le da capacidad a una mujer de ser multiorgásmica, o sea, de experimentar sucesivos orgasmos durante el encuentro sexual.
Sin embargo, recuerda que cada persona es un mundo, y que estas generalidades sirven sólo para orientación, por lo que conocer a tu pareja es el primer punto de partida en esta búsqueda de la armonía y plenitud sexual. Tanto la energía yin como la yang pueden transformarse en la otra. Esto explicaría la variación en la intensidad y características del deseo sexual en cada persona. Asimismo, nuestro deseo puede comportarse de manera distinta según las circunstancias y la energía de la persona que sea nuestra pareja sexual en ese momento.
Cómo armonizar el yin y el yang sexual
En términos prácticos, ¿cómo hacer el amor de forma más placentera para ambos (mujeres y hombres) y armonizar su nivel de deseo?:
La energía sexual femenina se mueve de manera descendente, desde la cabeza al corazón, y luego hacia los genitales. Por eso, las mujeres necesitan de más tiempo y de caricias. Necesitan salir de sus pensamientos – de su cabeza – y enfocarse en sus sensaciones corporales, para luego poder conectar con su deseo sexual. Siempre será buena idea calentar las aguas de una mujer durante el día. Llámala para expresarle tu deseo con palabras insinuantes y así despertar la imaginación sensual. Dile cuánto la amas y lo especial y atractiva que es para ti. Al llegar a casa, llénala de afecto, de caricias, besos, abrazos y mimos. Hombres y mujeres quieren y necesitan el sexo, lo que sucede es que ellas necesitan un poco de romance para despertar su energía sexual y conducirla a sus genitales. Así, tu compañera se encontrará más receptiva al encuentro sexual.
La mujer también debe hacer su parte para activar su energía sexual y su deseo. Una alimentación sana, descansar, liberarse del estrés diario con ejercicios o relajación, darse un tiempo para si misma y renovarse, son prácticas saludables. También puedes crear un “estado de sensualidad” de manera activa, leyendo literatura erótica, imaginando fantasías sexuales, practicando autoerotismo (masturbación) horas antes del encuentro sexual, dándote un baño que despierte todos tus sentidos. El deseo femenino se bloquea cuando hay resentimiento hacia la pareja, así que es importante la comunicación asertiva constante entre una pareja, para no ir acumulando emociones negativas.
El hombre necesitará calentar las aguas de la mujer, progresivamente, antes del coito, es decir, antes de la penetración, por medio de un sensual masaje o de suaves caricias eróticas y tentadores besos. Primero toca manos y pies, brazos y piernas, cabeza, cuello y torso, antes de tocar los genitales de una mujer. Acaricia los genitales, sólo después de haberlos rodeado.
Nunca, nunca apures la penetración, a menos que la mujer te lo pida. Así, el nivel de excitación de tu compañera se nivelará poco a poco con el tuyo. Luego, durante el coito, este calentamiento deberá proseguir, por medio de caricias en las distintas zonas erógenas femeninas, y estimulando el clítoris con los dedos, oralmente o durante los movimientos de penetración, que también estimularán distintas áreas de la vagina.
La energía masculina se mueve desde los genitales y hacia el corazón. Por ello, las caricias deben comenzar en los genitales, tocando el pene ligeramente (para no avivar demasiado el fuego). Luego, hay que extender las caricias hacia los brazos y piernas, llevándola hacia las manos y pies, para finalizar en el torso y la cabeza. Esto lo ayudará a controlar su eyaculación. Por el contrario, si el hombre tiene problemas de erección, las caricias y la energía deben ser conducidas hacia el pene.
Es importante que el hombre sepa cómo reducir la velocidad y premura de su propio deseo. Así podrás disfrutar más tiempo de la relación sexual, antes que ocurra tu orgasmo. Para ello, debes controlar tu eyaculación, en especial si eyaculas muy pronto. Los ejercicios para fortalecer los músculos pélvicos te serán de gran ayuda para controlar la eyaculación. Si estás muy excitado, tu pareja no deberá acariciar directamente tus genitales, sino tal vez concentrarse en tocar otras zonas de tu cuerpo, como tus piernas y brazos, para que puedas expandir hacia otras áreas las sensaciones placenteras. A medida que la energía sexual de un hombre se expande y asciende por todo su cuerpo, será más capaz de conectarse con su corazón, sus emociones, y recibir el amor de su pareja. A la vez podrá expandir el amor hacia su compañera.
Un hombre puede convertirse en multiorgásmico, si aprende a separar su eyaculación de su orgasmo. Fisiológicamente, ambos son procesos distintos, aunque en la mayoría de los hombres las sensaciones orgásmicas van acompañadas del reflejo eyaculatorio. Según el Taoísmo, un hombre que regula sus eyaculaciones, además de conservar su energía vital, será capaz de satisfacer a su compañera y de hacer el amor más a menudo y más prolongadamente. Ambos se beneficiarán del xxxxxx de sus respectivas energías: él de la esencia yin y ella de la esencia yang. El resultado final será un estado de vitalidad y paz mental, producto de hacer dichosamente el amor, conocido en la antigua china como “la armonía del yin y del yang. Sin embargo, aún puedes disfrutar de esta comunión energética y sexual si logras permanecer más tiempo en la relación sexual, antes de eyacular.
Fuentes:
Chang, Jolan (1993). El Tao del amor y el sexo.
Chia, M., Chia, M., Abrams, D. y Carlton Abrams, R. (2010). La pareja multi-orgásmica.