Lograr armonía espiritual es uno de los tres pilares del bienestar total, junto con la salud del cuerpo y de la mente. Todos los logros materiales del mundo no compensan su falta. Para desarrollar tu lado espiritual:
• Separa un espacio para tu “yo” interior. Ya sean 15 minutos en las mañanas para meditar o comulgar con el silencio, o media hora después del trabajo para “despojarte” de las tensiones del día, disfruta de un tiempo a solas para “recargar” las baterías espirituales.
• Practica el yoga, el tai chi o la meditación trascendental. Cualquiera de estas prácticas tiene un efecto calmante en el espíritu, pues concentra tu atención en el presente. Esto limpia tu mente de preocupaciones y pensamientos obsesivos, lo cual refresca el espíritu y permite la relajación total.
• Perdona a todos… incluso a ti. Quizás tienes razón al sentir rencor, pero este sentimiento corrosivo solo te afecta a ti. Medita que las personas suelen hacer lo mejor que pueden a cada momento, y perdona a los que de alguna forma te han herido. Esto no quiere decir que lo que hicieron está bien; solo que ya no quieres que siga afectándote. Perdonar tampoco quiere decir que no te proteges de esas personas. Es, simplemente, dejar ir el rencor como un globo que sube al cielo y desaparece para siempre. Cuando perdonas –incluso a ti mismo- te sientes libre de una carga que oprimía tu espíritu.
• Vive el presente. No se trata de que no planifiques, dentro de lo razonable, para el futuro. Se trata de vivir el momento sin “abandonarlo” para irte al pasado o proyectarte al futuro. Si estás desayunando, desayuna; si estás leyendo, lee. Tu mente y tu espíritu están en lo que haces. Así de simple.
• Practica el “desapego”. Cuando te aferras a algo o alguien con todas tus fuerzas, tu felicidad depende de retener eso que crees tener. Esto, naturalmente, es una ilusión, ya que todo en la vida está en un constante proceso de cambio y evolución. Disfruta el proceso, más que el resultado; goza lo que tienes mientras lo tienes. Soltar un poco las riendas libera tu energía para disfrutar la vida tal como es.
• Cuenta tus bendiciones. Todas las noches antes de dormir anota 5 cosas, por pequeñas que sean, por las que das gracias a la vida. Este ejercicio tiene un poder acumulativo capaz de cambiar tu actitud y tu estado de ánimo.
• Ríe con la “pancita”. Los niños y las personas felices imitan al Buda, que reía con esa risa pura e ingenua que brota desde el vientre. Busca el humor en todo lo que te rodea y, si puedes, ríete de ti mismo. Reír tiene un efecto curativo probado, además de que es un “embellecedor” natural completamente gratis.
Recursos:
Myss, Caroline, PHD. Anatomy of the Spirit, Three Rivers Press, Agosto 1997