La ley de la atracción asegura que cada persona crea su realidad en función de sus creencias, pensamientos y expectativas. Esta afirmación, que a veces parece magia o charlatanería, ha sido defendida desde tiempos inmemoriales por las culturas orientales, y se está viendo poco a poco refrendada por investigaciones científicas en el mundo occidental. Por ejemplo, se ha comprobado que, al realizar un experimento, el hecho de que exista un observador del proceso puede cambiar el resultado.
La base de esta teoría es que todo lo que existe en el universo es energía, y también nuestros pensamientos. No existe una realidad única e inmutable, ya que cada persona ve e interpreta las cosas a su manera, según sus creencias, circunstancias y nivel de conciencia. Así, cada pensamiento vibra en una determinada frecuencia y atrae situaciones y personas que vibran en frecuencias similares.
Por lo tanto, los pensamientos optimistas, la alegría, la vitalidad y la energía positiva nos ayudan a atraer más de lo mismo. ¿Has vivido una de esas etapas, que suelen suceder a una época difícil, en las cuales todo empieza a ir bien en cadena y sin esfuerzo aparente? Seguro que te sentías feliz, y sin darte cuenta lograbas atraer cada vez más bienestar y felicidad.
Cómo ser agradecida
Pero… ¡ah! Esa actitud no siempre es fácil de mantener. Los problemas, la rutina diaria y los miedos la empañan con facilidad. A veces hace falta poner mucha voluntad para conservar el optimismo, para creer firmemente que encontrarás al hombre de tu vida cuando, aquí y ahora, estás sola o atrapada en una relación infeliz. ¿Cómo hacer para cambiar la energía en esos momentos y predisponerte a atraer a la persona maravillosa con la que sueñas? Una de las llaves que más ayudan a abrir la puerta de la felicidad es cultivar la gratitud.
Da las gracias por todas las bendiciones de tu vida. Son muchas, muchas más de las que vemos cuando la mente está cegada por las quejas o el victimismo. Tener salud, un techo donde refugiarse, agua caliente, comida en la mesa, amigos, familiares. ¿Dispones de todo eso? Imagina lo difícil que sería tu vida sin ello. Entonces es cuando el sentimiento de gratitud brota del corazón y su energía se expande, primero dentro de ti misma y después acariciando a los que te rodean.
Hay muchas ocasiones para dar las gracias cada día. Al camarero que te sirve un delicioso café. A tus hijos por entretenerte con sus juegos y su ingenio. A tus amigas por estar ahí de forma incondicional. A tu coche por llevarte a la oficina. A tu cuerpo por funcionar como una máquina perfecta. A tu mente por ponerse de tu parte y tener la fuerza y la humildad necesarias para ser agradecida.
Agradece incluso la bendición de haber conocido al amor de tu vida. No importa si todavía no ha ocurrido. Confía en que así será si mantienes esa actitud capaz de hacer milagros. Es todo un acto de fe, sí, pero ¿no te sientes mejor agradeciendo que quejándote porque él no aparece? Recuerda: lo semejante atrae lo semejante.
http://consejosamor.about.com/od/Atraccion/a/El-Poder-De-La-Gratitud.htm