En 1955 unos grandes almacenes de EE UU pusieron en marcha una campaña promocional que facilitaba un número de teléfono para que los niños pudieran llamar a Papá Noel. Pero al imprimir los carteles una errata convirtió el número de teléfono de la campaña de los grandes almacenes en un número secreto del mando aéreo del ejército de EE UU, la unidad militar encargada de guardar y proteger los cielos y que luego sería el NORAD —la misma unidad que en la película Juegos de Guerra prepara el lanzamiento de los misiles nucleares.
Cuando los niños empezaron a llamar al teléfono rojo de una línea secreta los militares del NORAD debían estar bastante ociosos porque empezaron a hacerse pasar por Santa Claus y hablar con los niños, contándoles que estaba de camino, por dónde andaba y cuándo llegaría a sus casas.
La tradición ha cambiado poco desde entonces. En 1958, cuando se estableció el NORAD, éste continuó ofreciendo el servicio de “Seguimiento de Santa” a cualquier persona que llamara para informarse de por dónde andaba Papá Noel y a qué distancia se encontraba el trineo de su casa. Actualmente las personas que siguen atendiendo esas consultas —miles de llamadas y de correos electrónicos— son voluntarios del Ejército, de la Armada, de la Fuerza Aérea y del Cuerpo de Marines.