Forma parte de las prácticas tradicionales del misticismo japonés y la ponen en prácticas en varias escuelas espirituales de artes curativas japonesas.
Su realización es muy sencilla y produce un gran efecto interno, aumenta la energía Ki y nos permite expulsar la negatividad que podamos tener.
Los pasos a seguir son los siguientes:
-Nos sentamos en una silla con los pies descalzos o con las piernas cruzadas en el suelo y tomamos contacto con la Madre Tierra. Podemos tener una alfombrilla para el frío.
-Aflojamos aquellas partes del cuerpo donde sentimos tensión.
-Ponemos las manos en posición Gassho (Plegaria) y respiramos profundo unos instantes, serenando la mente y dejando ir todas las preocupaciones.
-A continuación, situamos las manos a la altura del pecho, Chakra del Corazón, con las palmas mirando hacia la tierra.
-Inspiramos y al sacar el aire pronunciamos el sonido “Haaa”tratando de alargarlo lo máximo posible, al mismo tiempo que bajamos las manos lentamente y siguiendo el ritmo de la respiración, hasta que lleguen hasta las piernas sin llegar a tocarlas.
-Repetimos el paso anterior tantas veces como creamos oportuno. La idea es que al expulsar el aire y producir el sonido "Hado", mandamos hacia la tierra toda nuestra negatividad a través de las plantas de los pies o el coxis según la postura elegida. Y con este juego nos vamos descargando de todo los desarmónico.
La Madre Tierra se encargará después de reciclar estas energías.
Cuando terminamos, movemos y sacudimos un poco las muñecas para reactivar la energía y a continuación practicamos la postura Gassho otra vez unos instantes para integrar y centrar la energía.
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