Cisexismo

Si bien la cisexualidad se usa en el contexto de las cuestiones de género para describir las personas que no son transexuales (que no se sienten del otro sexo, no adoptan sus comportamientos ni atuendos), o sea, cuyo género coincide con el que se les asignó al nacer. No obstante, las personas cisexuales pueden gustar de personas de su mismo sexo

Más simple aún, un cisexual es aquel que en las relaciones de pareja se puede sentir atraído por relaciones heterosexuales u homosexuales, pero que actúa siempre de acuerdo al sexo con que nació. Es decir, en una relación homosexual entre mujeres o en una heterosexual, la cisexual es quien se comporta siempre y en todos los planos como la mujer de la pareja. Y en una relación homosexual entre hombres o heterosexual, el cisexual es quien se comporta siempre y en todos los planos como el hombre de la pareja. En términos sencillos, un cisexual designa a un hombre o gay varonil, o bien, a una mujer o lesbiana femenina.

El término cisgenérico es un poco más amplio, designa a todos los seres vivos cuyo género de comportamiento, macho o hembra, coincide siempre con el que se les asignó al nacer. La hembra actúa como hembra y el macho como macho.

Mientras que el término cisexual es menos tendencioso que cisgenérico, sobre el cual se hacen menos suposiciones acerca de las relaciones de las personas con los roles de género y la comunidad transgenérica.


El término cisexual nació hace poco, no se sabe bien cual es su origen, incluso puede haber sido que alguien transexual (modificación de la apariencia de los genitales sexuales externos, mediante una cirugía de reconstrucción genital y sus caracteres sexuales secundarios mediante una terapia de reemplazo hormonal) que un día, dijo basta, y acuñó la palabra cisexual.

Los términos transexual y cisexual oponen dos prefijos latinos. “Trans” que significa “del otro lado”, mientras que “Cis” quiere decir “de este lado”. Esta oposición distingue entre dos experiencias básicas de la encarnación del género: la de los hombres y las mujeres que viven en el sexo que les fuera asignado al nacer y la de los hombres y las mujeres que en algún momento de su vida cambiaron de sexo. Bajo esta templanza semántica, la experiencia de mujeres y hombres cisexuales se equipara a la de mujeres y hombres transexuales. Ambas están marcadas, son vulnerables y aptas para ser narradas por cualquiera que las distinga, las unas de las otras, al mismo tiempo, sin otorgarle aires de discursos superiores.

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