Una mañana me desperté con una ilusión,
la ilusión de ser feliz, creía que después de todo
me la merecía, que irónica es la vida,
buscas la felicidad donde menos lo está,
me refugie en una estrella fugaz,
esa estrella fugaz al que yo creía el amor de mi vida,
y el amor de mi vida a cientos de kilómetros.
Un día me pregunte: ¿Esto en verdad es mi felicidad?
Él allá y yo acá…
¿Cómo puedo decir que es el amor de mi vida si no lo conozco en persona?
En ese momento deseaba tanto tenerlo aquí a mi lado,
poder abrazarlo, besarlo sentir su cuerpo junto al mío…
Duele tanto no tenerlo a mi lado.
Creí tenerlo todo… Y no tenía nada!
Sabry R.