Quiero ser tu amante por siempre
y colmarte de aventuras, todas nuevas,
explorar, cada tarde, tu fértil vientre
y hacer, con mis caricias, que me quieras.
Cada noche invento mil formas de amarte
y llenar de deseos, mi pasión desenfrenada,
si no soy su amado, quiero ser su amante
para llenarme, con el fulgor de su mirada.
Quiero ser su amante, para adorarle
y recorrer mis labios por todo su ser,
hacerle el amor con pasión y arte
y llenar sus entrañas, como no lo hace él.
Si es pecado, que me perdone Dios
pero mi amor, por usted, no tiene igual,
sé que no quepo, entre ustedes dos,
pero, no sé cómo dejarle de amar.
Señora mía, hermosa, usted sabe que la quiero
y que el amor prohibido la vuelve radiante,
lamento el no haberle visto primero…
por eso, le ruego, quiero ser su amante.
Ernesto Z.