Respirar bien es una fuente de salud, es una garantía de fortalecer la vitalidad de nuestro cuerpo y nuestra mente favoreciendo la circulación. Es la llave y la puerta para la relajación efectiva. Con este método, aumentará el volumen y la capacidad de revitalizar su sistema respiratorio y circulatorio. Notas efectos inmediatos con sólo unos minutos que practiques ejercicios de respiración: vitalidad celular, mejoría cutánea, oxidación de músculos y, muy especialmente, una profunda relajación. Muy recomendable para mejorar el rendimiento de tu aparato digestivo, etc. Todo tu metabolismo agradecerá una mejor oxidación a través de ejercicios naturales y sencillos y con técnicas relajantes y muy fáciles de aprender. Su aplicación no requiere desarrollar ejercicios previos de meditación, ni necesitas practicar yoga todos los días... sólo respirar.
¿Por qué respirar bien? La respuesta es muy sencilla: porque respiramos mal, bastante mal, algunos muy mal. La respiración es un acto imprescindible. Podemos estar días sin comer o beber, pero solo pocos minutos sin respirar bastarían para acabar con la vida de una persona. La respiración es vital. Como acto involuntario el organismo se acostumbra a los vicios que impone el stress, la falta de ejercicio, vestimentas y posturas inadecuadas, ambientes mal ventilados o afectados por el tabaquismo...
Entonces veamos algunos de los beneficios asociados a una respiración correcta:
Fisiológicos: las células reciben una mayor oxigenación, se queman mejor los restos tóxicos del organismo, todos los órganos reciben aportes de oxigeno correctamente. Beneficia la circulación y especialmente a algunos órganos vitales (corazón, estómago...).
Peso. Permite quemar mejor las grasas y propiciar la desaparición exceso de grasa en el organismo.
Mejora la salud de los pulmones y el rendimiento de los deportistas.
Favorece la relajación y la concentración, eliminando la tensión muscular.
Mitiga los desórdenes, alteraciones o cambios de nuestra energía vital.
Propicia en general un cuerpo fuerte y sano. La respiración es la metáfora de vida. Respirar es vivir.
¿Respiramos bien?: Si intentamos respirar profundamente la mayoría de nosotros notaremos que nuestra capacidad pulmonar está algo atrofiada, adolece de muchos defectos...
Defectos más comunes:
Nuestra respiración abdominal: apenas se baja el diafragma con los que el aire que entra en los pulmones es relativamente poco.
La respiración costal en escasa...
La respiración clavicular (salvo en mujeres) es inexistente.
La inspiración y la espiración no se hacen a un ritmo adecuado...
La tensión y la falta de ejercicio nos provocan una respiración contenida, no relajada y natural.
La respiración no es completa, continua... silenciosa.
La importancia de la espiración: para llenar bien los pulmones, antes hay que saber vaciarlos. La espiración es la clave para una inspiración adecuada y completa.
La espiración es clave:
Espira lenta, relajada y tranquilamente. Déjate llevar conscientemente por tus pulmones... expulsando hasta los últimos restos de aire.
La espiración debe ser lenta y silenciosa... intenta ayudarte un poco de los músculos abdominales con una leve contracción para expulsar el mayor volumen de aire viciado de los pulmones.
Piensa que cuanto más profundamente espires más cantidad de aire puro podrá introducirse en los pulmones.
Claves: lenta, profunda, relajada, silenciosa.
Hay tres formas de respirar: abdominal, costal y clavicular. La respiración completa y perfecta integra las tres en una única. Empezamos por la primera.
La respiración abdominal.
Es la más común. Tenemos que centrarnos en el abdomen.
Inspiración. El diafragma baja cuando entre aire en los pulmones. Lo notamos porque el abdomen se hincha. Haz la prueba inspirando profundamente. Si no notas que el diafragma desciende y se le hincha el abdomen tu respiración es deficiente.
Espiración. En la espiración abdominal el diafragma sube, notarás que el estomago desciende.
Nota: si haces lo contrario es que su respiración abdominal es muy débil o inexistente.
La respiración costal.
Nuestra atención debe centrarse ahora la región media de los pulmones y muy específicamente en nuestras costillas.
Inspiración. Llenamos la región media inspirando y dilatando nuestro tórax. Si la combinamos con la anterior (respiración abdominal) veremos que la penetración de aire en los pulmones se hace más profunda y completa.
Espiración. Las costillas descienden... Y debe hacer en sentido inverso. Esto es, si hemos introducido aire en nuestros pulmones primero abajo en el diafragma y después en el tórax, ahora en la expiración el aire que sale es el de arriba, para expulsar con la ayuda del diafragma los últimos restos.
La respiración clavicular.
Nuestra atención debe centrarse ahora la parte más alta de los pulmones y muy específicamente en nuestras clavículas.
Inspiración. Para inspirar con la parte alta de los pulmones tenemos que levantar nuestras clavículas.
Espiración. Es el primer aire en salir…
La respiración completa.
Es la unificación de las tres respiraciones que hemos visto: la abdominal, la costal y la clavicular.
Inspiración. Hay que comenzar por una inspiración lenta intentando cubrir sus tres fases:
Vaciar bien los pulmones con una profunda espiración
Llenar los pulmones con el descenso del diafragma (abdominal)
Dilatar las costillas y que entre todo el aire que pueda (costal)
Por último levante las clavículas (clavicular)
No te hinches como un balón... debe ser una respiración relajada.
Espiración. Es el primer aire en salir.
Prepararse. Tómate algún tiempo ejercitándote en cada una de las tres respiraciones. Toma conciencia del acto que realizas cada vez que respiras con el abdomen, caja torácica y clavículas.
Objetivo: un sólo movimiento integrando las tres respiraciones.
Consejos:
Integra los tres movimientos en uno sólo tal como revisamos arriba.
Respira por la nariz e intenta hacerlo profundamente.
Hazlo despacio, relajada y silenciosamente...
No forces nada, siéntete cómodo…
Mientras aprendes búscate un lugar tranquilo, tu habitación, tu cama, una manta en el suelo. Más puede respirar así siempre que te acuerdes (en la oficina, paseando, trabajando...).
Los expertos en yoga aconsejan doble tiempo en la espiración que lo que ha durado su inspiración de aire. Si inspiras 6 segundos, retén el aire dos otros segundos y comience una espiración muy lenta: 12 segundos.
(No te preocupes si a veces sientes vértigo... desaparecerá)
Así que esta semana, ya tienes una herramienta más, dentro de tu equipo para el mejor manejo del estrés…úsala!
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