Para sentirnos vivos no basta con pellizcar nuestra piel y sentir dolor, es esencial saber que tenemos metas por alcanzar pues estas nos mueven a la consecusión de nuestros propósitos y por lo tanto la vida se vive en movimiento, con entusiasmo por lo deseado y con la curiosidad de lo que habremos de descubrir en el camino. Las metas nos permiten evolucionar y mejorar nuestra calidad de vida pues una vez alcanzada una de ellas inmediatamente ponemos en acción los pasos necesarios para alcanzar una nueva meta más elevada que nos permita un nuevo nivel de satisfacción.
Teniendo en cuenta lo anterior, necesitas preguntarte el porqué a pesar de tener metas no logras avanzar hacia el punto que te garantice su consecusión; por qué a pesar de contar con los recursos o al menos con más recursos de lo que otros han tenido, no puedes lograrlo. Pareciera que aquellos con menos recursos han logrado un impulso adicional para superar su situación de desventaja mientras que otros con todos los recursos necesarios terminan deprimidos, abatidos y sin un significado para darle sentido a sus vidas. Por eso titulé este artíulo como “lo primero no son los recursos” pues así como la motivación, aunque son importantes, no se convierten en el factor determinante para lograr tus propósitos.
La motivación puede ser temporal si no está ligada a tu sistema de guía emocional y los recursos no pueden ser lo primero pues estos siempre están ahí y es a través de la emoción y del ingenio que los podrás conseguir y utilizar a tu favor.
Cuando sientes emoción por alcanzar tus metas surge el ingenio como resultado de tu conexión con tu ser interior donde no hay fórmulas prediseñadas pero sí el campo de todas las posibilidades para atraer y crear lo que deseas. Por eso es importante que tus metas nazcan en concordancia con tu misión de vida y que esta se base en principios sólidos que te recuerden día a día el camino que debes seguir.
Cuando tus metas se basan en influencias del exterior tales como la presión social, en modelos basados en el éxito de terceros o en parámetros que violan tus propios principios, entonces es muy dificil que puedas sentir la emoción necesaria que te mueva desde adentro a conseguirlas. Lo que quiero decir es que si por ejemplo tus metas ya han sido las metas de terceros, lo importante es que estas nazcan en concordancia con la conexión que debe existir entre tú y tu ser interior, y no simplemente de la observación del éxito o aparente éxito de los demás.
No subestimes tu sistema de guía emocional pues se encuentra en el mismo centro de tu ser desde donde surgen la creatividad, el ingenio y todas las respuestas que puedas necesitar para iluminar tu camino.
En conclusión, si aún no sientes emoción por las metas que te has trazado entonces detente un momento y evalúa sobre cuales principios has basado tu misión de vida (¿tienes una?) y compara la concordancia entre dichas metas y tu misión, y si es del caso replantea lo que sea necesario desde la conexión con tu ser interior. Déjate conducir por tu sistema de guía emocional y ya verás como surgen el ingenio y la creatividad que traerán frente a ti los recursos necesarios como resultado de la emoción que ahora sientes por la certeza de llegar al punto de evolución o meta.
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