1. Las vidas pasadas no son un juego de rol.
Una vida pasada verificable no crea un estereotipo por el cual todas las demás vidas pasadas se pueden medir. La personalidad humana es tan variada como nosotros los seres humanos. Nuestros yos actuales no encajan dentro de un único compartimento, por tanto mucho menos nuestros yos pasados. Puede que elijamos repetir ciertos patrones porque nos son familiares o nos sentimos más cómodos. Pero vivir una vida haciendo un papel determinado no quiere decir que vayamos a jugar ese mismo papel el resto de nuestras vidas.
2. Las vidas pasadas no nos dan derecho a presuponer conocimiento.
Aún tienes que acudir a la escuela incluso si fuiste una vez un reconocido genio. Las vidas pasadas no te dan permiso para criticar exageradamente a nadie, ni a creerte un experto en dar consejos, ni a alcanzar conclusiones sin la base de una buena investigación, etc. Recordar vidas pasadas puede ser una experiencia de primera mano sobre la historia y la humanidad. Y tus recuerdos pueden estar equivocados.
3. Las vidas pasadas no presuponen el logro.
Puede que hayas sido genial y que lograras muchas cosas en el pasado, pero aún necesitas levantarte de la cama y hacer algo para vivir. Es difícil vivir del éxito pasado, independientemente del reconocimiento. El pan diario se compra con un sueldo diario. Las vidas pasadas no son sustituto de la mediocridad personal.
4. Las vidas pasadas no siguen una fórmula determinada.
Las vidas pasadas no son una ecuación algebraica donde sabemos B y C pero necesitamos saber A para encontrar la respuesta correcta. Nuestras vidas pasadas no se ajustan a los sistemas morales aceptados actualmente. Nuestras vidas pasadas no son perfectas, del mismo modo que nuestras vidas actuales no son perfectas. No hay una línea de demarcación discernible entre blanco y negro, especialmente cuando trabajas con vidas pasadas muy lejanas, cuando las reglas morales actuales no se conocían o eran consideradas inmorales. No podemos rehacer nuestras vidas pasadas. Las vidas pasadas son como una ecuación que ha sido resuelta. No podemos esperar hacer las mismas cosas una y otra vez esperando distintos resultados cada vez. Eso es una locura.
5. Las vidas pasadas no prueban la religión.
Cualquier creencia religiosa que hayas elegido está bien. Las vidas pasadas son experimentadas por una gran variedad de individuos con distinta educación religiosa o incluso ateos. Las vidas pasadas no prueban ninguna doctrina religiosa ni necesitan ajustarse a los parámetros establecidos por una religión en particular para ser ciertas. Las vidas pasadas existen independientemente de la filosofía personal.
6. Las vidas pasadas no detienen el escepticismo.
La creencia en vidas pasadas no obliga al que cree en vidas pasadas a creer solo en la existencia de vidas pasadas. Si elegimos creer en lo que sea que creamos, estupendo. Sin embargo, no es nuestro derecho a culpar a otros creyentes por no creer en nuestra visión particular del mundo. Tenemos todo el derecho de utilizar los mismos medios que utilizamos para verificar nuestras vidas pasadas, para verificar cualquier otro sistema de creencia.
7. Las vidas pasadas no prueban la culpa.
La docrtina del Cielo y el Infierno a veces se ha mezclado con vidas pasadas en los círculos donde se habla de reencarnación. La razón por la que vivimos múltiples vidas, según dicha filosofía, es porque pecamos en el pasado y necesitamos arrepentirnos. En otras palabras, la fastidiamos y necesitamos aprender mejor. ¿Qué es lo que necesitamos aprender? Depende de quién cree en esta filosofía. El hecho de que no podemos llegar a un acuerdo sobre cuál es la ley divina hace que sea difícil definir qué es el pecado en primer lugar, por tanto mucho menos señalarlo en los otros. Las vidas pasadas no son prueba de haber cometido pecados en el pasado.
8. Las vidas pasadas no nos excluyen de tener una identidad humana.
Somos humanos. Actuamos como humanos, pensamos como humanos, sentimos como humanos, percibimos como humanos, todo lo que tiene que ver con los humanos tiene que ver con nosotros porque somos humanos. Todos nosotros tenemos los mismos instintos básicos independientemente de nuestro crecimiento espiritual. Todos lo olvidamos. Todos nosotros somos vulnerables. Todos nosotros fallamos porque somos humanos. Las vidas pasadas son una parte de nuestra humanidad.
9. Las vidas pasadas no son un casting para famosos.
Las vidas pasadas a veces se juegan como la lotería donde muchas personas trepan por tener una vida famosa pero uno se escapa sin recuerdos. Las vidas pasadas a veces se utilizan como un reparto de papeles para famosos. Dada la población mundial actual, el tiempo que ha transcurrido en la Historia, y la duración media de la vida de un ser humano, es muy probable que alguna vez hayamos sido alguien destacado o que hayamos vivido en periodos históricos importantes. Sin embargo, la presunción de vidas pasadas debe basarse en recuerdos, no sobre la popularidad de ciertas figuras históricas o ciertos periodos históricos. Ni sobre la ausencia de personas que reclaman haber vivido en determinados periodos o haber sido tal o cual figura histórica.
10. Las vidas pasadas no reemplazan una investigación certera.
Si una vida pasada ha de ser razonablemente creída por personas razonables sin ningún tipo de partidismo, una buena investigación es esencial. A veces las fuentes históricas no son exactas, pero esto es una pobre excusa para ignorarlas en conjunto. Tu caso puede que no sea creído aunque hayas investigado mucho, pero seguro que no será creído si no investigas nada.
11. Las vidas pasadas no son un concurso de crecimiento espiritual.
Las vidas pasadas son lo que son. No son indicativas de la elevación espiritual del individuo que recuerda. No son munición contra la religión organizada convencional. Las vidas pasadas pueden ser un medio de consciencia personal. Sin embargo, esto no significa una especial iluminación ni la erradicación de la negatividad o lucha internas. Todos somos iguales en las luchas humanas desde el menor al mayor de nosotros. No hay atajos a la grandeza personal. Los atajos son diseñados para ganar sobre otros. Un viaje personal es algo que finalmente debemos realizar solos.
12. Las vidas pasadas no suponen autoridad.
Si fuiste el jefe en una vida pasada, genial para ti. Ahora no lo eres. Asúmelo, lidia con ello. El primero será el último, y el último será el primero. La muerte cambia muchas cosas. Aunque recuerdes el poder, o aún tengas talento para la autoridad, o tengas una presencia poderosa, eso no te otorga tu posición. El poder te lo da la voluntad de la gente. Fuera por minoría o mayoría, tu posición para gobernar fue permitida por otros. El paso del tiempo cambia las reglas del juego. Si ya no estás dispuesto a jugarlo, no esperes la misma posición. Abusar de la autoridad solo funciona cuando tienes autoridad de la que abusar.
13. Las vidas pasadas no otorgan memoria eidética.
No es lógico necesariamente que la memoria de vidas pasadas es mejor que nuestra memoria actual, incluso bajo legítima hipnosis regresiva. Es frecuente que la memoria humana sea fragmentaria y que no siga ningún patrón deducible. La memoria humana es una función biológica básica y es desencadenada también de forma básica. Si las vidas pasadas existen, es lógico suponer que también se recuerdan de forma fragmentada y no sistemática. La investigación es para verificar que esos recuerdos ocurrieron realmente, y que los recuerdos recientes adquiridos por medios similares ocurrieron, y para verificar la identidad de esa vida pasada, si eso es posible.
14. Las vidas pasadas no proporcionan una invitación a las vidas pasadas de otras personas.
Hay muchas razones para sentir una conexión con otro ser humano que no tienen nada que ver con vidas pasadas. Esto puede incluir atracción hormonal, repetición de patrones vitales, carisma, admiración, fama, incluso manipulación por parte de personas abusivas, entre otras cosas. Un ser humano tiene una frontera física y una frontera psíquica. Cuando el cuerpo físico muere, la mente no lo hace, de ahí la reencarnación. Esa misma frontera psíquica permanece intacta y debería ser respetada si la sanación ha de tener lugar. Las vidas pasadas no son un juego de rol. Un juego de rol implica la creación de una frontera psíquica imaginaria con un trauma imaginario. El jugador puede dejar atrás esa personalidad cuando quiera. La personalidad realmente reencarnada no puede hacerlo. Las heridas producidas por violaciones de esa frontera psíquica permanecen hasta que son sanadas. Si el recuerdo y la familiaridad permanecen después de que otras explicaciones hayan sido descartadas, entonces, con respeto a las fronteras de la otra persona, está bien sanar problemas pasados. Tal sanación puede implicar o no a la otra persona.
15. Las vidas pasadas no son prueba de locura.
Si quieres tener la audacia de diagnosticar a otras personas de desórdenes mentales, sácate una carrera, una licencia médica, y cobra por hora. Eso es lo que hacen los profesionales. Incluso ellos concederán que el conocimiento psiquiátrico cambia constantemente con la información proporcionada por la mejora de las técnicas utilizadas para el estudio del cerebro o con la práctica farmacéutica. Las mejores mentes de la historia se han dado de cabezazos contra la pared, hablando metafóricamente, tratando de descubrir y probar la naturaleza de la mente humana y el espíritu. Puede que la creencia en vidas pasadas y cualquier otra creencia en lo incorpóreo sea un remanente de una función psicológica humana temprana para explicar el intimidante mundo exterior. Puede que no seamos distintos ahora y que la reencarnación no proporcione a los que creemos en ella con un sentido de propósito y reconocimiento de la existencia frente a un cosmos desconocido e intimidante. Eso no es locura. Es la naturaleza humana. No hay nada malo en dar un voto de confianza. Estos votos de confianza con los que nos llevan a descubrir lo desconocido.
Artículo original:
http://militarypastlives.wix.com/milita ... t-do/c23sd