Estamos tan apegados a nuestro sufrimiento que reímos, generalmente, sólo como una liberación de la tensión. Pocas veces, muy pocas veces, se ríe sin causa. No somos capaces de reír, no somos capaces de ser felices; incluso en nuestra risa hay dolor.
Pero la risa es hermosa, es una profunda limpieza, una profunda purificación. Osho ha ideado una técnica “de la risa”. Practícala cada mañana al levantarte y, dice él, cambiará toda la naturaleza de ese día. Si te levantas riendo, pronto empezarás a sentir lo absurdo de la vida.
No hay nada serio, incluso puedes reírte de tus desgracias, de tus sufrimientos, de ti mismo. Cuándo te levantas por la mañana, antes de abrir tus ojos, estírate como un gato. Estira cada parte de tu cuerpo. Disfruta con el estiramiento, disfruta al sentir tu cuerpo despertándose, volviendo a la vida. Después de tres o cuatro minutos de estiramientos, con tus ojos aún cerrados, ríe.
Durante cinco minutos simplemente ríe. Al principio serás tú el que lo hagas, pero pronto, cuando intentes reír aparecerá una risa genuina. Piérdete en la risa.
Esta técnica puede llevarte algunos días, antes de que seas capaz de realizarla. No estamos acostumbrados a reír, hemos olvidado cómo hacerlo. Pero pronto será espontánea. Y entonces, cada mañana, ¡Disfruta!
Liberando la Tensión Facial
Cada noche antes de acostarte, siéntate en tu cama y empieza a hacer muecas de la misma manera en que los niños disfrutan haciéndolas.
Haz toda clase de muecas, buenas, malas, repugnantes, bellas de forma que toda la cara y su musculatura empiece a moverse.
Emite sonidos, cualquier sonido sin sentido te vale, y balancéate, solamente durante quince minutos y luego duérmete.
Por la mañana antes de tomar tu baño, ponte otra vez delante del espejo y durante diez minutos haz muecas. El estar de pie delante del espejo te ayudará: serás capaz de verte y de responder.
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