Cuando el ambiente se torna excitante y las condiciones para tener un contacto íntimo están dadas, muchos se dejan llevar y acceden. En la mayoría de los casos se trata de dos personas que se tienen confianza, pero sobre todo que se gustan.
Esa condición a veces no se reduce a dos personas, sino que se extiende a otros por quienes, en distintos grados, también sentimos atracción física.
En la juventud es muy común que haya un interés muy grande por explorar lo sexual a través de cualquier medio. Eso incluye nuevas formas de relacionarse con quienes están a nuestro alrededor. ¡Y qué mejor que nuestros amigos!
Si no existe una pareja estable y todos los que participan en esa actividad grupal están de acuerdo, no habría problemas. No obstante, hay que tener en cuenta algunos aspectos importantes que, de ser ignorados, podrían generar algunos inconvenientes cuando menos lo esperemos…
Todos somos libres
“La libertad es intrínseca al ser humano y la búsqueda de ella es uno de los pilares más fundamentales del ser personas. Ahora, como cualquier temática, los excesos siempre son devastadores en todos los aspectos”, destaca el psicólogo José Alberto Marín.
Agrega que “bajo ningún punto de vista el sexo debe ser un tema tabú ni prohibido, como lo ha sido durante tantas décadas. Claramente, ha habido una especie de ‘liberación sexual’, sobre todo en los adolescentes”.
A juicio del especialista, este hecho ha llevado a que haya muchas opciones para probar lo que es el sexo. La máxima “vivir el momento” se da con más frecuencia, sobre todo cuando no existen ataduras de ningún tipo ni mucho menos tabúes.
En esa búsqueda aparece el sexo grupal, a veces motivado por el alcohol o por el carrete un poco más distorsionado y liberal. Pero ¿hasta qué punto eso puede servir de aprendizaje y cuándo pasa a ponerse cuático?
Panorama peludo
“La principal consecuencia de este tipo de encuentros es la pérdida del lazo existente entre el sexo y la emoción. Se corre el riesgo de que esta conducta se asocie con un desligamiento del ámbito afectivo y se convierta en una mera práctica carente de emotividad”, destaca el psicólogo José Alberto Marín.
Está claro que el sexo no es sólo amor y sentimientos, pero eso es un factor importante a la hora de relacionarse. Principalmente, por el lazo de confianza que se expresa a través de la comunicación (y con esto no sólo nos referimos a hablar).
El psicólogo asegura que “el sexo grupal con amigos definitivamente podría causar problemáticas importantes dentro de una relación estable, ya que un joven que frecuente este tipo de prácticas se formará sexualmente en base a este tipo de experiencias”.
Hay que recordar que este tipo de decisión está muy influenciada por la autoestima y por el medio social (los amigos) de cada joven. Hay que sentirse seguros de uno mismo y saber que el hecho de acceder sexualmente a más de una persona a la vez no te hace una persona más bacán.
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