Sabemos que se debe disfrutar cada encuentro sexual y conocemos también los beneficios que se obtienen cuando se llevan a cabo con responsabilidad y con el amor a la pareja, ¡es lo máximo! Sin embargo, muchas veces no sabemos qué elementos deben estar presentes y cómo trabajarlos a nivel personal para lograr esto.
Estos puntos pueden ayudar a que cada encuentro placentero e inolvidable en pareja.
Autoaceptación: Como mujeres, siempre tenemos partes y situaciones que no nos gustan. Esos defectos que sentimos sobresalen cuando estamos expuestas en la cama, al estar desnudas. Sin embargo, hay que saber que, al estar en la cama con esa persona que queremos, en lo que menos se fija es en esos defectos. Al contrario, cuando somos nosotras las que los mencionan o interfieren con el placer, para ellos se convierte en el punto de ruptura del gozo. Así que, como mujeres, el punto es aprender a relajarse y no estar concentradas en lo que no nos gusta, sino en el cómo disfrutamos con todo lo demás.
Excitación, punto de inicio: Sabemos que el hombre se excita mucho más rápido que la mujer y, además, la reacción física es más notoria que en la mujer. Esto, sin embargo, no debe restarle importancia a los detalles que pueden provocarle excitación durante el día o antes del encuentro, como una mirada, una palabra especial, un atuendo diferente, una caricia cómplice. Esto no solo lo provocará a él, sino que va preparando a la mujer para el encuentro, creando imágenes de cómo la pasará bien; es decir, también la excita a ella.
El sentido de la vista: De la mano con el punto anterior, la vista juega un punto clave para el placer, ya que el dejar ver poco va creando fantasías sobre lo que podrá ver. La vista la podemos ir alimentando de diferentes formas, por ejemplo con: un escote, un camisón provocador, lencería de colores o hasta un baile sensual; esto ayuda a crear el ambiente y deseo mutuo, ya que el saber que a él le gusta lo que ve, a ella la hace sentir bonita y deseada.
Zonas erógenas: Hombres y mujeres tienen zonas que son más sensibles a provocar una excitación. Lo importante es que cada uno sepa cuáles son estas áreas para poder guiar a la pareja a que las estimule. Si no se conocen estos puntos, se puede jugar en pareja para ir descubriéndolos. A la hora de acariciar se puede preguntar cómo se siente, si gusta o no. Lo importante es explorar el cuerpo en cada encuentro, porque en cada momento se pueden descubrir nuevas sensaciones.
Aprender a pedir: Como mujeres, nos inhibimos mucho en el pedir, nos da pena. Es importante aprender a decir qué gusta, qué se quiere y también qué da placer; es de suma importancia en la relación. A los hombres les gusta y esperan que la mujer tome iniciativa y les diga qué quiere (porque saben que no hay manual) y al saber qué quieren es más fácil dárselo. Además, si al decirlo lo hacemos con un tono provocador, ayudaremos a crear un ambiente más excitante.
Confianza: La confianza tiene que ser mutua. Cuando la mujer se siente en confianza no se enfoca en los defectos y puede pedir; el hombre puede disfrutar más el encuentro porque también tiene libertad y no le quedarían dudas de su desempeño. Cuando ambos se refuerzan lo que se desean y lo que sienten, se siente más confianza en cada encuentro.
En cuanto a la relación sexual, sabemos que un manual que ayude en todos los encuentros sería difícil de escribir, porque siempre hay diferentes circunstancias. Si embargo, si en cada momento trabajamos en estos puntos y los platicamos, lograremos que cada vez sea con más placer y más deseo.
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