Es cierto que usamos la experiencia de otra persona para muchas cosas: el alumno aprende del profesor de matemáticas, el hijo de la madre a comer, a comportarse, el discípulo del maestro en cuestiones de enseñanza de cualquier ámbito , porque se supone que hay alguien con más experiencia. La experiencia va de la mano de la edad comúnmente.
Pero es cierto que en temática sexual no sucede lo mismo: se prodiga lo igual: la igualdad de edad y de experiencia. Se legimita la igualdad de edad para alejar a los mayores de los no mayores en sexo. Y cuando se imagina socialmente un joven con un adulto -sexualmente hablando- tiene connotaciones negativas, de pederastia, de abuso de poder, de autoridad, y en muchos casos lamentablemente es así.
Es curioso el empeño de nuestra cultura de separar edades: los grupos de amigos han de ser de la misma edad. Y las mezclas… son cosas de bichos raros, de “pervertidos”. Se controla a la gente organizándola en edades. Las mezclas son peligrosas: demasiado aprendizaje directo y experiencia. Se perdieron los contactos de generaciones sobre otras generaciones y se legitima que los niños estén con niños y los mayores con mayores. Son formas de control, de alejarnos de la sabiduría potencial que da el encuentro desorganizado, libre y espontáneo.
Por lo tanto entiendo que es otra vez un tipo de control: control de la educación sexual que se delega en la sociedad (en los iguales). Se ha normativizado la experiencia sexual y se considera libre cuando tienen sexo dos inexpertos (de la misma edad).Y se relega a perversión cuando tienen sexo un padre y un hijo. Y quienes no lo censuran lo usan morbosamente.
Si no fuese un tabú social los pederastas no tendrían tanta popularidad y, al haber sexo entre padres e hijos de manera libre, no habría riesgos de sexo oculto y negado incestuoso. En eso se ha convertido el incesto: en algo oculto. Por mucho que nos encandalicemos el problema no es el incesto sino el uso que de éste se hace: la patología está en lo oculto, lo escondido, la sombra (decir una cosa y hacer la contraria), lo no manifiesto, porque se ve prohibido. Y curiosamente el diccionario se queda corto definiendo incesto: lo llama relaciones sexuales con personas de parentesco en los grados prohibidos por la ley. O sea, no define en realidad nada. Sino que se asocia la definición a un tema legal y penal. No hay riesgo en el incesto sino en lo prohibido por la ley. El resto es pura invención económica y moral -de una parte- y morbosa -la vía de escape que hay para quien necesita vivirlo transgrediendo la prohibición.
Y luego están esos seres libres que de vez en cuando salen a la luz reconociendo que hacen pareja con sus hermanas y hermanos. Y la libertad se torna enfermedad en los ojos reprimidos de quienes lo observan afuera.
http://www.mentirasdelsexo.com/2010/08/el-temor-al-sexo-con-diferentes-edades/