Cuando se habla de Narcisismo, inevitablemente pensamos en personas muy egoístas, vanidosas y encerradas en sí mismas.
Suele ignorarse que el narcisismo constituye un componente humano en mayor o menor medida: Es normal desear ser especial, único, Esto entraría a formar parte de la autoestima y es positivo.
Sin embargo, el narcisismo puede llegar a convertirse en un trastorno de personalidad, si se da en exceso, o por el contrario, por déficit del mismo.
Pero ¿ Cuál es el mito, la historia de Narciso?.
Narciso era hijo de una ninfa. Cuando nació, el adivino Tiresias, le dijo a su madre, que Narciso viviría mucho, si no se mirase a sí mismo. De este modo, Narciso creció y se convirtió en un joven de gran belleza, a quien todos adoraban.
Pero sucedió que la ninfa Eco se enamoró perdidamente de Narciso. Ella estaba condenada por los dioses a repetir las últimas palabras que escuchara. Un día, se encontraron en el bosque. Narciso menosprecia y rechaza a Eco. Esta, desesperada, maldice a Narciso y lo condena a conocer el desamor. Más tarde, Narciso llegó a la orilla de un arroyo de aguas cristalinas. Se dispone a beber, pero al ver su imagen, se enamoró en el acto de aquel hermoso rostro. Descubre que es el mismo. Se dice que se ahogó, desesperado, al no poder consumar su amor. En el bosque, al borde del arroyo, creció la flor que lleva su nombre.
Como podemos ver en el mito, Narciso queda cautivo de su propia imagen. Este sería el narcisismo patológico. La persona no se ama, ni siquiera se reconoce a sí misma. No hay autoestima. Lo que el narcisista ama es una imagen idealizada, pero no es real. Por eso, el narcisista patológico necesita el reconocimiento en el espejo de los demás.
Por el contrario, un narcisismo sano, – la autoestima- implica tener una imagen positiva de uno mismo, pero real. Uno sabe que no es perfecto, ni completo, pero que puede utilizar los propios recursos y habilidades para actuar en el mundo.
La patología narcisista conlleva una distorsión entre la imagen que cree ser y la que en realidad es. La auto exigencia y la búsqueda de la perfección (el “yo ideal”) es muy elevada. Todo ello genera angustia, tensión, inseguridad y sentimientos de vacío. El narcisista patológico no sabe cual es su identidad real.
Actualmente, vivimos en una época con un altísimo nivel de narcisismo. En nuestra sociedad se valora en primer término el éxito y todo lo que tieneque ver con la fachada, con la imagen externa. Esto, combinado con el individualismo y el materialismo imperante, dan como resultado un elevado índice de patologías del narcisismo. Son estas patologías , las que cada vez mas acuden a pedir ayuda psicológica, aquejados de crisis de ansiedad, altibajos emocionales, trastornos de alimentación, dependencias enfermizas, dificultad en las relaciones interpersonales, depresiones…..
Los “Narcisos”, buscan ser amados, pero les cuesta, o no saben amar. Tienen necesidad continua de reconocimiento, de halagos, pero ellos no están abiertos a los otros: les cuesta involucrarse, escuchar, ponerse en el lugar del otro (falta de empatía). La intimidad en el fondo, les asusta, porque en las distancias cortas se aprecian las fracturas y las imperfecciones con más facilidad. Prefieren, por tanto, adoptar actitudes distantes, altaneras y competitivas.
Para pasar del narcisismo patológico a la autoestima, se necesita una buena dosis de realismo, de poner los pies en el suelo y de contrastar nuestra subjetividad con los datos del exterior, en otras palabras, intentar ser más objetivos y salir de nuestro cascarón particular. Precisamente, la autoestima implica comprometernos con nosotros mismos en pequeñas cosas, para luego, abordar otras mayores. Se trata de ser más responsables en lugar de buscar constantemente la evasión y la aprobación de los demás.
El mito de Narciso debe servir para enseñarnos que los deseos de perfección (física, material, afectiva, etc.…) son como un pozo sin fondo que no se llena nunca. Si asumimos y reconocemos nuestros propios sentimientos y emociones, si conectamos con nuestro cuerpo real, aceptándolo y haciéndonos cargo de él, estamos en el camino de pasar del narcisismo a la autoestima.
http://rincondeautoestima.wordpress.com/page/3/