“Adaptarse o morir”, eso es lo que se dice, y este proverbio tiene mucha razón de ser.
En nuestra vida y en nuestro entorno ocurren cambios constantemente, nosotros debemos adaptarnos a esos cambios porque, de lo contrario, sufriremos esa falta de adaptación. La adaptación debe ser de todo tipo, tanto física como mental. Voy a poneros un ejemplo muy simple, si en invierno nos seguimos vistiendo como si fuese verano nos arriesgamos a coger una pulmonía y pasaremos frío.
Es necesario adaptarse continuamente a nuestro entorno, al tiempo, a las personas que nos rodean, a los cambios de sentimientos, a las pérdidas…
Algunos ejemplos
Una persona que es ascendida en el trabajo, se siente nerviosa y no logra realizar bien su nuevo trabajo, no se concentra, no duerme bien… al cabo de un tiempo está a punto de una depresión nerviosa. Esta persona no se ha conseguido adaptar y está sufriendo mucho, esto le puede llevar a padecer enfermedades tanto psicosomáticas como mentales.
Otra persona debe cambiar su ciudad de residencia, cuando llega a la otra ciudad no conoce a nadie, se queda en casa y no hace nada por conocer gente nueva, siente miedo y se siente sola, cada día que pasa se siente más sola y añora su ciudad y barrio anterior. Al cabo de un tiempo esta persona tiene una depresión y no se atreve a salir de casa.
Otra persona ha perdido un ser querido, y después de un período lógico de tristeza, esta persona se aferra a esta tristeza y sigue haciendo las mismas cosas que antes. No hace nada por adaptarse a la nueva situación y por mejorar sus sentimientos.
Estas personas sufren mucho y es muy posible que padezcan enfermedades psicosomáticas y que tengan trastornos mentales de algún tipo. Y todo porque no consiguen adaptarse a los cambios de sus vidas.
Si tenéis problemas de adaptación debéis intentar solucionarlos, no os escondáis en vuestro miedo ya que esto no va a hacer más que agravar la situación. Podéis apuntar las situaciones concretas , las personas o los sitios que os crean una especial dificultad de adaptación y el porqué creéis que os pasa esto. Con esta información tendréis un punto de partida para actuar.
Adaptarse es sentirse a la altura de las circunstancias.
El mundo actual es muy superficial y ocurren las cosas muy deprisa. Por eso es muy difícil adaptarse, tenemos que tener las ideas claras de lo que queremos, de lo que nos importa y de lo que nos gustaría conseguir. Si intentamos estar continuamente a la última de todo lo que nos impone la sociedad, esto nos hará estar continuamente en tensión y nos causará enfermedades de adaptación.
Nuestra sociedad va muy deprisa, las enfermedades de nuestra época son enfermedades de adaptación: crisis cardíacas, úlceras de estómago, depresiones nerviosas…
Todas las personas sufrimos en algún momento problemas de adaptación de una manera u otra.
Cuando no nos adaptamos a algo es porque tenemos un sentimiento de inferioridad , este sentimiento puede ser debido a cualquier cambio en nuestra vida. Sentimos que nos falta algo, que no estamos a la altura, que no tenemos suficientes conocimientos, que no somos suficientemente válidos… Este sentimiento puede durar unos minutos, unas horas, unos días o toda la vida. Depende de cómo respondamos a ellos.
Podemos sentirnos inferiores porque nos creamos menos inteligentes, sin posibilidad de amigos, menos capaces, menos guapos…
Para adaptarse hay que enfrentarse a las circunstancias, hay que ponerse en movimiento y no quedarnos quietos. Detectar las situaciones, personas o circunstancias que nos provocan incomodidad e intentar enfrentarnos a ellos.
Si nos sentimos inferiores a alguien lo mejor es intentar conocer a esa persona, hablar con ella, veremos que es una persona como cualquier otra y nos sentiremos más cercanos. Hay que intentar hacer cosas para conocer gente, salir de casa, realizar actividades para no estar encerrados y que nos hagan sentirnos más cómodos en nuestra nueva situación.
Si la falta de adaptación se debe a que sentimos que nos faltan conocimientos debemos ponernos en movimiento, intentar hacer nuestro trabajo, y si vemos que nos viene bien, podemos aumentar nuestros conocimientos con algún cursillo especializado.
Lo importante es no dejar que las dificultades de adaptación y los sentimientos de inferioridad nos dejen paralizados.
Adaptarse a uno mismo.
Una adaptación muy importante y fundamental es la adaptación a uno mismo. Debemos saber quiénes somos y debemos querernos y aceptarnos tal y como somos, con nuestra edad, estatura, peso, nivel de formación, personalidad y sentimientos. Aceptarnos como somos no significa que no podamos cambiar y mejorar, es más, para mejorar siempre hay que ser conscientes de cómo somos y de esta manera sabremos cómo podemos avanzar.
Para adaptarnos a nosotros mismos, para querernos y sentirnos orgullosos de nosotros mismos, debemos vernos como algo más que el aspecto físico. El físico es una parte, pero no es la única y mucho menos es la más importante. Lo más importante es lo que tenemos dentro, lo más importante es nuestro “tesoro interior”. Debemos saber como somos, cuáles son nuestros gustos, nuestros sentimientos, si somos o no capaces de amar, de sentir empatía, si tenemos intereses por cosas importantes. Y, sobre todo debemos saber cuáles son nuestros principios básicos y no renunciar a ellos.
Si no nos adaptamos a nosotros mismos, si no nos aceptamos y nos queremos, si no vamos por la vida con la cabeza alta y sabiendo que nos queremos y nos aceptamos, entonces es muy difícil que nos adaptemos al resto de las cosas, al mundo que nos rodea.
La adaptación a uno mismo es especial por su importancia, dedicaré un artículo solo a este apartado.
Pérdida de seres queridos
Hay situaciones especiales que requieren adaptaciones también especiales y que son más difíciles. Estas son las adaptaciones a pérdidas de seres queridos. La adaptación a estas situaciones dependerá en gran parte de la adaptación a uno mismo, y de la reacción y las acciones que se realicen para modificar los hábitos.
http://mermgampsviajeinterior.blogspot.com.es/2012/09/adaptarse.html