Conocida también bajo los conceptos del eterno retorno y de la eterna recurrencia, la palingenesia (proveniente del griego palin que significa “otra vez” o “nuevamente” y génesis que significa “nacer”, “generación” o bien “regeneración”) es, en términos generales, la regeneración o renacimiento de los seres, es decir, según la palingenesia todo ser vivo cumple un ciclo que va del nacimiento pasando por la muerte y llegando a la reencarnación para que el ciclo se vuelva a repetir.
Muchas culturas alrededor del mundo han hablado del eterno retorno; sin embargo, fueron los antiguos griegos los que desarrollaron ampliamente esta teoría, especialmente Heráclito (filósofo griego que vivió en la Ciudad de Efeso) quien muy seguramente la heredaría después a los pitagóricos quienes defendían la idea del fuego primigenio responsable de la generación del mundo y todo lo que hay en él; no es extraño pues, encontrar que el Ave Fénix representara a la perfección la regeneración a través del fuego. Otras escuelas de la antigua Grecia que defendían la palingenesia son los estoicos (a excepción de Panecio de Rodas, filósofo griego y maestro) y también los neoplatónicos.
En Oriente también se ha desarrollado de manera importante la palingenesia; en la India, por ejemplo, se habla del Samsara, un término sánscrito que se refiere al vagabundeo de un alma a través de diferentes cuerpos.
Otras teorías que hablan del eterno retorno, aunque con sus ligeras diferencias son la Transmigración de las almas y la Metempsicosis.
La Transmigración de las almas es, de acuerdo con los espiritistas, el paso de un alma o espíritu de la vida terrestre a la ultraterrestre, o, en palabras más sencillas, el alma puede salir del cuerpo e instalarse en otro, ya sea animal o humano e incluso en algún objeto inanimado.
La Metempsicosis por su parte, es la reencarnación del alma en un nuevo cuerpo, pero a diferencia de la transmigración de las almas, la metempsicosis no acepta la creencia en la reencarnación en una especie inferior. Es decir, un humano tendría que reencarnar en otro humano, pero nunca en un objeto inanimado. La metempsicosis
Un último término que a menudo se utiliza cuando hablamos del eterno retorno es el Anagennao; aunque es común que este término se confunda con la palingenesia y de que de alguna manera ambas se encuentren estrechamente relacionadas, es importante aclarar que son cosas totalmente distintas. El anagennao (del griego ana, que significa “hacia arriba” y gennao que significa “nacer”), a diferencia de la palingenesia, habla de un volver a nacer y esto no se refiere necesariamente a la reencarnación donde el espíritu encarna en un nuevo cuerpo, sino a un volver a nacer en algo superior; el anagennao habla pues del renacimiento del espíritu en algo superior, algo que puede ser celestial y por tanto, en la trascendencia del espíritu. De esta manera, el anagennao estaría más cercano a los cristianos, donde Jesús “resucita” y asciende al cielo; recordemos también que el cristianismo no acepta la reencarnación, sino en la salvación de las almas, donde se irían al cielo donde estarían eternamente a lado de Dios.
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