Esta es una de las preguntas elementales que, en lo personal, me he hecho en algunos momentos claves de mi vida. Afortunadamente, los años no pasan en vano y éstas no son más que experiencias que nos invitan a bucear un poco más profundo e ir gentilmente hacia nuestro verdadero centro.
En lo concreto, vivimos rodeados de un entorno siempre dinámico y lleno de los más diversos distractores, muchos de ellos sumamente atractivos para nosotros pero que, inevitablemente en muchos casos, nos van desviando del logro de una experiencia un poco más estable internamente con nosotros mismos. Es como si algo –nuestra mente, sin duda, yendo siempre de un lado para otro- lograra auto boicotearnos y mantenernos en la superficie, y por lo general en medio de ciertos comportamientos y reacciones automáticas que pueden rozar lo adictivo.
La falta de inspiración en nuestra vida proviene de esos lugares y generan en nosotros una vida muy gris y poco entusiasta. Desde mi experiencia personal, eso es lo que me pasaba muy a menudo: Solía vivir el día a día enfocándome únicamente en aquello que me faltaba, en los minúsculos y negros detalles, y sin poder apreciar el dibujo general de mi vida. En un momento, pensé que sentirme triste y deprimido era parte de lo que me había tocado vivir; pero, afortunadamente, y extrapolando todos los momentos de mi vida en los cuales me había sentido vibrante y lleno de energía, logré comprender que, más allá de etiquetar mis emociones, lo que había en mi interior era un estado de profunda confusión y falta de claridad.
Ese fue el momento clave para cambiar. Y, a la luz de esa experiencia, provienen estos siguientes tres pasos que, si los aplicamos, nos pudiesen ayudar cada vez que nos sintamos desanimados y faltos de inspiración en el cotidiano:
1) Potenciar nuestro poder: Siempre recomiendo agradecer por todo lo que tenemos en este momento. Cada vez que pongo en práctica este ejercicio, oleadas de renovada energía vienen a mi y me estimulan a moverme con mayor firmeza y seguridad. En mi columna sobre el poder de las gracias se encuentran claves muy sencillas acerca de como hacerlo.
2) Tener claridad: Este es un punto central. Cuando nos sentimos más alegres, tenemos más claridad acerca de nuestras capacidades y pasiones. Por cierto, también hay personas quienes, con su experiencia y forma de vivir la vida, pueden generar un efecto positivo en nosotros y, en consecuencia, inspiarrnos. Si no hay nada en particular que queramos hacer o lograr, o si nada nos llama particularmente la atención, mi recomendación es, simplemente, disfrutar de esa experiencia interna y divertirnos. Finalmente, la vida no se trata tanto de hacer, sino de ser tal cual somos en cada momento.
3) La inspiración viene y va: En este sentido, tenemos que permitirnos ser vulnerables completamente y comprender que la vida tiene muchos momentos y matices, y que, por lo mismo, es necesario atenderlos y abrazarlos. Ahora bien, si se trata de una situación que se prolonga demasiado en el tiempo y de la cual nos cuesta salir, pidamos claridad y regresemos al punto 1) cuantas veces sea necesario. Si lo queremos ver de otro modo, esto finalmente se trata de un juego dinámico y como tal, tenemos que aceptarlo como tal, con todas sus reglas.
Encontrar la inspiración en un mundo cada vez más complejo puede parecer muy difícil; pero, si vamos un poco más allá, nos podemos dar cuenta que la respuesta está mucho más cerca de lo que pensamos.
Enfocarnos en nosotros mismos y atender a nuestras emociones y nuestro verdadero poder, nos puede hacer sentir, de manera muy simple, mucho más fortalecidos y empoderados, siendo capaces de ir construyendo una vida con mayor pasión y propósito.
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