Imagina que Dios usara teléfono celular, ¿Cuál sería su número? ¿De qué compañía sería? ¿Te llamaría? ¿Cuánto crédito le colocaría para comunicarse contigo? En cierta ocasión un joven predicador llegó a una iglesia, cuando estaba a punto de dar la reflexión hizo la siguiente pregunta: ¿Quién de ustedes conoce el número de Dios? Los oyentes sin poder decir nada, se miraron unos a otros para ver quien emitía una respuesta, pero nada se escuchó. Después de un momento el joven rompió el silencio diciendo la respuesta deseada: el número de Dios es 24-7-30-365. Algunos quedaron impresionados de que Dios tuviese un número de teléfono celular. Otros, con mirada de desconfianza, aún se preguntaban sí esto fuese posible. En la mente de los oyentes no cabía tal idea. El joven comenzó a explicar dicho número. El número 24 es porque podemos hablar con Dios las 24 horas del día. Tenemos acceso directo con Él. El 7 es porque se encuentra disponible los siete días de la semana. Nunca encontraremos a Dios con su línea ocupada. El 30 es porque todos los días del mes podemos encontrarlo dispuesto para comunicarse con nosotros, no interesa si es un día feriado, Él siempre está comprometido en brindar auxilio a quien lo necesite. Y el 365, es porque todos los días del año podemos comunicarnos con Él. Siempre está presto a atender nuestras súplicas. Dios no toma vacaciones, siempre está atento a escucharnos y ayudarnos, solo necesitamos llamarlo. Amigo lector, probablemente Dios no tenga un teléfono celular como tal con el que pueda llamarte, y un número al cual le puedas marcar, pero ha hecho provisión para estar comunicado contigo. Dios siempre quiere comunicarse con nosotros, sin máscaras o intermediarios, directamente sin ninguna limitación. La comunicación más segura y rápida con Dios se logra a través de la oración. La oración es abrir el corazón a Dios como a un amigo, es contarle tus problemas, tus penas, tus dolores y dejar que Dios responda a tu necesidad. El ser humano ha avanzado en el desarrollo de tecnología para la comunicación, desde señales de humo a la comunicación virtual en tiempo presente real, y sin embargo le es difícil comunicarse con los demás. Es paradójico que se han desarrollado métodos tecnológicos de comunicación y el ser humano no tiene tiempo para comunicarse con su familia. Y aún más, ni siquiera con Dios. Para comunicarte con Dios no necesitas un teléfono celular con 3G para que tenga señal en cualquier parte. No necesitas la tecnología más sofisticada, lo único que necesitas es tener tu corazón dispuesto para recibir sus mensajes. Necesitas estar atento para escuchar a Dios en tu corazón. ¿Te gustaría comunicarte con Dios? Hazlo ahora, Él estará atento a tu llamada.
Por Magdiel Torres