Decisiones Asertivas

Cada etapa de la Vida, nos ofrece el descubrimiento de inagotables potencialidades, de riquezas que aguardan por nosotros, de alegrías represadas de emociones contenidas y la espera impaciente de una decisión que debemos tomar para que esto lleguen.

Todos en algún momento de nuestra Vida nos hemos encontrado ante diversas encrucijadas que fueron decisivas en la orientación que tomó el rumbo de nuestra Vida.

Evidentemente toda Toma de Decisión constituye una experiencia trascendente, donde nos enfrentamos ante nosotros mismos.

¿Se han puesto a pensar la importancia de haber tenido en ese momento un buen mecanismo para saber como haber decidido? ¿Cómo hubiesen cambiado nuestras vidas si hubiésemos sabido como tomarlas?

Con frecuencia las decisiones tienen consecuencias que se extienden a lo largo del tiempo. Sin embargo, como el futuro siempre implica un grado de incertidumbre, a menudo es difícil evaluar estas consecuencias y depender únicamente de nuestra intuición para tomar decisiones acertadas.

Cuando tomamos decisiones que tienen que ver con el Tiempo, muchas veces nos vemos afectados por una serie de errores de percepción. Nuestra intuición hace que actuemos como si el futuro fuera muy lejano de lo que realmente es y tendemos a prestar demasiada atención al presente en situaciones que requieren cierto grado de planificación a mediano o largo plazo. Por ejemplo, podemos dejar para más adelante el ahorro para la jubilación, incluso a pesar de que tengamos medios para ahorrar y una probabilidad alta de disfrutar de una vida con longevidad. Cuando hacemos planes, tendemos a subestimar el tiempo que nos lleva completar los trabajos o a sobreestimar el tiempo que tenemos y a querer hacer demasiado.

Ser consciente y aprender eficazmente de experiencias pasadas puede ayudarnos a Tomar Decisiones para alcanzar nuestras Metas o algo que queremos obtener para nuestro beneficio.

Lo primordial es tener un compromiso serio con lo que queremos lograr a través de un acto de Voluntad y así llegar a la acción que es la señal de que se ha tomado ya una Decisión.

Una Decisión tomada seriamente, genera la energía que nos conducirá a la acción para la obtención de nuestra meta. Así que la primera pregunta que debemos formularnos es, ¿qué quiero realmente?, puesto que el poder está supeditado al querer.

Muchas personas desperdician su Vida por no saber qué quieren y por la incapacidad para Tomar Decisiones.

Tomar una Decisión entonces, significa comprometerse a lograr un resultado apartando cualquier otra posibilidad. Es necesario ponerle fin a las dudas y temores, enfocándonos sólo en el resultado u objetivo que se persigue. Son las opciones que tomamos y no las condiciones del medio ambiente, lo que moldea nuestro destino.

Nuestra mejor decisión siempre será: vivir la vida con Excelencia. Albert Einstein, decía “Es importante ser firmes y constantes en nuestras metas, pero flexibles en los medios para lograrlas”.

Para Tomar Decisiones Asertivas es importante conocer las funciones de nuestros hemisferios cerebrales.

El Hemisferio Izquierdo es el lógico, el analítico. El Hemisferio Derecho es el de la intuición, el que sueña, el creativo.

Al tomar una Decisión debemos desplazar nuestros pensamientos por los dos hemisferios. Es decir, no sólo debemos de pensar en analizar, sino también en lo que se sentiría el tener el objetivo ya logrado, la satisfacción de alcanzarlo (el canal de los sueños), puesto que estos dos modos distintos de pensar, uno tan válido como el otro, individualmente no generan óptimos resultados.

Para el conocimiento integral de la realidad y el pleno desarrollo de las potencialidades humanas, es necesario expandir ambos modos de conocimiento y de conciencia, equilibrando la razón y la emoción, al aprender a movernos de un hemisferio al otro, esto es del análisis a la creatividad y viceversa.

Por lo antes expuesto Tomar una Decisión, significa que debo pensar realmente ¿Qué es lo que quiero? ¿ Para qué lo quiero?¿ Cuáles serían las ventajas y las desventajas?. Analizar los recursos que necesito para lograrlo. Por ejemplo: el cuándo, el cómo, el dinero, etc. (Hemisferio Izquierdo).

Por el otro lado, pensar en cómo me voy a sentir al lograrlo, visualizarme ya con mi objetivo, en el lugar, en el tiempo y con los recursos ya utilizados (Hemisferio Derecho). ¿Esto es bueno para mí y para los que me rodean? ¿Qué me proporciona el haberlo logrado? ¿Qué clase de sentimientos quiero experimentar?

Al tomar decisiones desplazándote por ambos hemisferios, te darás cuenta qué es lo que tienes que modificar o agregar para que la meta se dé de la mejor manera, debido a que no sólo la analizas, sino que también la vivencias a futuro.

Nuestras decisiones determinan quienes somos, por lo que primero hay que decidir: pensar sólo lo mejor, hacer sólo lo mejor, esperar sólo lo mejor. “La Mente es todo. Nos convertimos en lo que pensamos” Buda

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