Es como entrar a otro mundo, un sueño es una experiencia mental que ocurre mientras dormimos. Consta de imágenes vividas y a menudo alucinantes. No hay tiempo en el sueño ya que podemos movernos en distintas épocas, ni hay espacio, ya que podemos movernos a cualquier sitio, y pueden estar habitados por gente viva o muerta.
Lo único claro y en lo que están de acuerdo los científicos es que no está claro por qué soñamos. No hay una certeza, todas son teorías.
Cuando estamos soñando nuestro cuerpo experimenta un aumento en el pulso y en la velocidad de la respiración. Tenemos una onda cerebral parecida a la fase 1 del dormir que es la fase Norem y en esta podemos tener sueños cortos, menos extraños y más parecidos a pensamientos que las típicas imágenes de los sueños.
Cuando soñamos hay una falta de movimiento corporal así que mientras soñamos no podemos mover nuestros músculos. Esta parálisis del soñador es causada por una sustancia química del cerebro que inhibe neuronas motoras que normalmente produce la contracción muscular.
La importancia de esta inhibición es que sin ella podríamos poner en práctica nuestros sueños sin poder descansar, además podríamos exponernos a graves peligros debido a que el sentido del juicio permanece en reposo al dormir.
El primer sueño aparece una hora después de habernos dormido y dura entre 1 y 10 minutos. Durante la noche tenemos un total de 5 a 6 períodos de sueños que duran entre 10-35 minutos durante el sueño de 1-2 horas. Todas las personas soñamos aunque algunas personas recuerdan mejor que otras.
Existen teorías que explican porqué no podemos acordarnos de nuestros sueños, una es por parte de Freud que atribuye este olvido a la represión de pensamientos llenos de ansiedad.
Por otra parte los psiquiatras Crick y Mitchison establecieron en 1983, que el soñar sirve para limpiar nuestros cerebros de información innecesaria que puede provocarnos obsesiones y alucinaciones durante nuestras horas de vigilia. Así, el sueño borra las asociaciones casuales de la memoria formadas durante el día. Eso ayuda a la corteza cerebral a trabajar mejor.
Pero probablemente la verdadera razón por la cual olvidemos nuestros sueños es una combinación psicológica y fisiológica ya que algunas personas parecen olvidar los sueños emocionales porque también reprimen los pensamientos ansiosos cuando están despiertos y otros olvidan los sueños poco emocionales porque no son interesantes.
Por lo regular, es mas fácil recordar un sueño cuando estamos en tensión justo antes de dormir. El sueño que recordamos suele ser el mas reciente, que es justo antes de despertarnos.
Existe una constante en los sueños de las personas, de esta manera se sabe que durante los sueños suele haber una reminiscencia sobre el ambiente en que estamos durante las horas de vigilia.
Las historias de nuestros sueños suelen ser montajes de los sucesos del día pero en forma alterada. Casi todos los sueños tienen que ver con ambientes familiares como la casa, aunque esta casa no fuera del protagonista del sueño.
La habitación mas usual es la sala de estar siguiendo por el orden de preferencia del dormido como sus lugares en que está más tiempo durante la vigilia.
La pieza suele ser la composición de varias habitaciones que el protagonista ha conocido. En las mujeres, es más frecuente que sueñen estar dentro de una casa mientras que los varones, sueñan estar en otros espacios.
A menudo soñamos con las personas con quienes estamos ligados emocionalmente ya sea padre, hijos, cónyuges, amigos.
Los varones sueñan a menudo con amigos o conocidos masculinos, mientras las mujeres sueñan por igual sobre ambos sexos. De cada 10 protagonistas de sueño, cuatro son extraños. En los sueños solemos hacer actividades normales del día relacionadas por lo general con el ocio.
Rara vez soñamos con el trabajo. Andamos, corremos, flotamos y a veces volamos. Por lo general los sueños muestran tendencias negativas.
Freud pensaba que soñábamos para satisfacer deseos y que los sueños era el camino real al inconsciente, sentía que su función era expresar los deseos reprimidos durante nuestra vigilia.
Al mismo tiempo que cumplían la función biológica como guardianes del sueño. Cuando entramos a la fase Rem parece que intentamos despertarnos, quizás porque nuestros conflictos emocionales están intentando salir a la superficie. Si podemos sobreponer estos conflictos mediante los sueños podremos seguir durmiendo, si no, despertaremos repentinamente.
Especialistas sugieren que si un problema nos agobia tratemos de elaborarlos antes de ir a dormir y no tratar de resolverlos "conversando con la almohada".
Las cosas vividas durante el día también suelen ser "protagonistas". Estos se llaman sueños de proyección mecánica en los cuales se proyectan las tensiones vividas.
Los sueños simbólicos son de significados mucho más complejos, donde nuestro subconsciente nos ofrecería mensajes de manera simbólica que suelen tener el valor de anuncios.
Soñamos en la etapa de sueño REM (sigla en inglés), que significa movimiento rápido de los ojos. En esta etapa el cuerpo se halla completamente inmóvil y sólo los ojos se mueven.
Hay cuatro acciones vitales: comer, trabajar, gozar y dormir. Si estamos en buen estado de salud podremos llevar adelante estas acciones; si no comemos bien, dormiremos mal. Ir a dormir luego de una comilona no provocará sueños gratos.
Interpretarlos fue siempre uno de los grandes objetivos de la ciencia.
Los freudianos podían interpretar el sueño de una joven que sube los peldaños hacia la casa de la madre y que lleva consigo un paraguas abierto como un sueño que revelaba el deseo de hacer el amor con su madre.
Los símbolos de un objeto largo como símbolo del pene como el paraguas abierto como símbolo de erección, un lugar cerrado como la casa, que representa la vagina y la actividad de subir los peldaños como el acto del coito.
Los modernos intérpretes de sueños reconocen su simbolismo, pero los interpretan de distinta manera en conexión con la situación particular del individuo más que limitándolos a significados sexuales.
Así, subir a un tren puede representar la fuga a un problema, el principio de una nueva aventura, preocupaciones relacionadas con la reparación del auto o la inquietud de reservar los billetes de avión para un viaje próximo.
Ellos piensan que el contenido manifiesto no señala nada sobre el pasado de la persona que sueña, si no la simple imagen lógica de una preocupación presente.
El psiquiatra austríaco Alfred Adler pensaba que los sueños sirven como una fábrica de emociones. Consiste en que ésta despierta las emociones del individuo de manera que le empuje a resolver los problemas de la vida real de un modo realista. Los sueños de la persona son consideraciones de las que el individuo se da cuenta y que quiere resolver.
De esta manera existe una continuidad del pensamiento durante vigilia y sueños.
Carl Jung opinaba que los sueños ayudan a conocer aspectos desconocidos y reprimidos de nosotros mismos. El inconsciente es un instrumento de autodescubrimiento y no un depósito de fuerzas desagradables.
Los sueños suministran las imágenes que nos compensan de cualquier desequilibrio psíquico de nuestra vida de vigilia y nos ayudan a planear el futuro. Jung no creía necesario buscar un significado escondido en un sueño, pues el contenido manifiesto ya nos dará su significado personal.
Los sueños sirven para disminuir la ansiedad ante situaciones que sabemos que se aproximan, así podemos adelantar acontecimientos de la vida como ir a la universidad, casarse, tener un nuevo trabajo o realizar un viaje.
Desde la biología se explica que son parte de un proceso fisiológico. Los cambios y simbolismos de los sueños son el resultado lógico de la manera en que fusionan el cerebro durante el sueño.
El cerebro crea su propia energía eléctrica y el prosencéfalo (sección del cerebro, llamado primitivo anterior) se vuelve especialmente activo durante el sueño REM.
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